En 1999, Juan Manuel Sánchez Martínez tuvo la idea de componer canciones que permitieran rescatar y difundir el náhuatl o mexicano, derivado de su preocupación por la pérdida de las diferentes lenguas originarias. De esta forma, en el año 2000 nació Rockercóatl, grupo musical cuyo objetivo es crear conciencia y hacer un llamado a través de su música a reflexionar y a no perder de vista que México, por su diversidad lingüística, es muy importante para el mundo.
“Surge justamente con la idea de darle vitalidad a nuestro idioma. En el año 99 se dio la idea de hacer canciones en mexicano, esto a raíz de que unos años antes se habían celebrado los 500 años de la llegada de los occidentales a este continente”.
Apunta que su proyecto se refrendó a partir de que catalogaron al náhuatl como idioma: “por eso siempre lo comento, es nuestro idioma y es nuestro idioma mexicano”.
Añade que así como otros países presumen su idioma, “el italiano en Italia, en Japón el japonés, en España el español, aquí tenemos nuestro idioma y es el mexicano”.
Kenametzi, su apodo artístico, que significa “Pequeño Gigante”, lamenta que tuvieran que pasar cinco centurias para que se reconociera al náhuatl, al cual se le denominó como “una de las tres hermosas lenguas del mundo junto con el latín y el griego”. Menciona que su banda, cuyo nombre significa “Serpiente Rockera”, fue diseñada para la ejecución del rock, pero con el tiempo fusionó diversos ritmos tales como el son, cumbia, mariachi, polca, blues, folk, metal, entre otros géneros.
“(Tomamos) el rock como modo de expresión, como forma de poder tomar la bandera para decir muchas cosas, de expresarse; en este caso, lo quisimos hacer en nuestro idioma”.
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Uno de los sellos de este grupo es que componen sus propias canciones y evitan en todo momento ejecutar versiones o adaptaciones de otros temas.
De igual forma, sobresalen porque tratan de apegarse lo más posible a las normas gramaticales del náhuatl justamente para evitar caer en un yerro y para ello han tomado cursos, a la par de que han solicitado el respaldo y asesoría de otros hablantes de este idioma, en especial, adultos mayores.
“Justamente por eso empecé a trabajar con el señor Guadalupe Romero, abuelito de Emanuel y Rafa (integrantes de la banda), además de maestros de la materia y tomé un diplomado en la Udlap precisamente de gramática. Sí es muy importante porque es como el español, aprendemos de niños como nos lo enseñan o escuchamos con nuestros papás o la familia, pero cuando ya quieres estructurar o quieres armar un poema sí hay herramientas que son necesarias para eso”.
Reconoce que esa fue la primera crítica constructiva que recibieron cuando iniciaron la publicación de las canciones de la agrupación.
En 21 años de trayectoria, Rockercóatl suma cuatro producciones en su discografía: Rock en náhuatl, publicado en el año 2000; Piltontzintzin ihuan Pocotzitzin Tlenica moztla mohuicatia (Las niñas y los niños cantan para mañana), 2005; Mochipa Forever (Siempre-En todos tiempos), del 2010; y Nahui Ollin (Cuarto movimiento o Cruz Mexica), 2019.
También han participado en cuatro discos de compilaciones y a nivel internacional se han presentado en República Dominicana, Panamá y Francia.
Además de Sánchez Martínez complementan la banda desde 2010: Alejandro Fierro Aragón, en la guitarra; Rafael Romero Larios, en acordeón y guitarra; Emanuel Romero Larios, bajo; y Julio César Martínez González, en la batería.
Kenametzi también es el compositor de los temas y primera voz, pero reconoce el respaldo de sus compañeros, quienes son músicos de formación académica, “lo que hace más valiosa su aportación”.
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Aprender el náhuatl desde la infancia
Originario de la localidad de Tepazolco, ubicada al sur del estado y perteneciente a Tlacotepec de Benito Juárez, apunta que es una comunidad náhuatl por lo que aprendió desde su niñez hablar este idioma: “y todavía hay tres comunidades más en la región en las que todavía hablan dicho dialecto, siendo la más importante Santa María la Alta”.
Empero, refiere que en su municipio está San Marcos Tlacoyalco, donde se habla el nguigua, de ahí su intención de difundir el mexicano. Expresa que en la primera canción que compuso presentó “cómo se le habla (o nombra en su idioma) a las cosas”.
Precisa que hay objetos a los que no se les puede mencionar de otra manera, “por ejemplo, el mezquite, una palabra náhuatl; y por aquí de la región tenemos al Popo (Popocatépetl) al que no le puedes cambiar el nombre; al Iztaccíhuatl, al río Atoyac, entonces todas esas palabras que forman parte de nuestro español y que son mexicanas, como el ajo, aguacate, cuate, son palabras que manejamos y mucha gente ni siquiera saben que son originarias pero es parte de esta amalgama que tiene nuestro idioma y que vamos retomando. Por eso digo que el náhuatl no va a morir porque es la lengua originaria que más palabras tiene dentro de nuestro español mexicano, de ahí la intención de hacer nuestra música en náhuatl”.
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Integración de la banda
Por otra parte, Julio César Martínez, baterista de la banda y encargado de las percusiones, refiere que el mantener la alineación de la banda por más de una década les ha permitido adquirir y conservar una identidad.
En tanto, Rafael Romero, quien toca el acordeón y la guitarra eléctrica, destaca que la agrupación, la cual también trata de abordar temas actuales, se ha hecho acompañar por otros músicos para darle un mayor realce a su trabajo: “Como, por ejemplo, violín. En el disco hay trompetas, claro en algunas canciones”.
Ambos resaltaron que el tener una formación académica como músicos les permite presentar un trabajo artístico con más calidad. Ellos estudiaron en el Colegio de Artes de la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP).
Aunque combinan diversos géneros musicales, a su fundador le gusta más explotar el son jalisciense y este mezclarlo con el rock:
“Él, mediante el rock, digamos que es el denominador común, con un poco de metal, o un poco más pesado, es tomando todos los ritmos mexicanos o latinos, como la cumbia, para llegar a todo ese público, al que tocamos, porque, como siempre comento, nosotros vamos y tocamos en un lugar de rock, a un bar, como podemos ir a tocar a la sierra para gente que habla náhuatl, entonces mediante el lenguaje y los ritmos que nosotros metemos en los sonidos es como se da Rockercóatl”, comenta Rafael Romero.
Los dos dijeron sentirse complacidos por la aceptación que han recibido de la gente, pero no solo en nuestro país, sino también en el extranjero: “Ya sea que entiendan o no el lenguaje siempre les ha llamado la atención nuestra música y les gusta”, añade Martínez. El último elemento en incorporarse fue Emanuel Romero Larios. El originario de San Pablo del Monte, Tlaxcala, es el bajista de la banda.
“Conocí a Juan Manuel porque mi abuelo paterno (Guadalupe Romero) fue una de las personas que lo ayudó a hacer las traducciones de las letras. Lo conocí cuando yo estaba en la secundaria”.
Confiesa que conoce algunas palabras del náhuatl y tiene interés en aprenderlo, “pero no lo hablo. Mi abuelo era el que sí lo hablaba y allá ya mucha gente no lo habla”.
Lamenta que la distancia y sus respectivas ocupaciones no hayan permitido que su abuelo le enseñara a hablar en náhuatl, por ello, aceptó integrarse a este proyecto por la labor de rescate que realizan.
“En las giras que hemos tenido al interior del estado veo cómo la gente sí lo entiende y se emociona, sobre todo la gente más grande, los jóvenes no tanto o cómo que sienten un poco de vergüenza de escucharlo y hablarlo, pero ese es el objetivo de Rockercóatl que con la música se motive a las personas que lo hablan a que no tengan esa vergüenza y que sí sigan hablando”.
Resalta que la canción Tezcatl (Espejo) es la que más prende a sus seguidores: “Es un rock fusionado con son de mariachi. Ese es con el que más me identifico”.
mpl