En las conmemoraciones de los aniversarios 75 de nacimiento y 15 luctuoso de Víctor Hugo Rascón Banda, las actrices Luisa Huertas, Julieta Egurrola y Angelina Peláez ofrecerán la lectura dramatizada de DeSazón el domingo 27 de agosto, a las 12:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
“Víctor Hugo decía que no le gustaba la palabra homenaje porque le olía a muerto. Pero, en 2003, justamente cuando se estrenó DeSazón, esa fue la tirada, porque él estaba muy mal en el hospital y la tirada era que cuatro obras suyas estuvieran puestas simultáneamente, sabíamos que eso le daría gran felicidad y le ayudaría, lo reanimaría físicamente. Y sucedió, fíjate, sucedió”, cuenta Luisa Huertas.
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El dramaturgo y abogado defensor de los derechos de autor nació en Uruachi, una población minera en la sierra de Chihuahua, el 6 de agosto de 1948 y murió en Ciudad de México el 31 de julio de 2008. Y DeSazón cumple 20 años de montarse, a partir de la original Sazón de Mujer, y ha recorrido desde su estreno todo el país con las tres primeras actrices, además de España, Cuba, Colombia y Nicaragua.
“Esa es la mejor manera de rendirle homenaje: mantener viva su obra”, agrega la primera actriz, quien detalla que entonces se montaron Ahora y en la hora en la UNAM; el INBA produjo DeSazón; Contigo América estrenó El ausente, y ella repuso La mujer que cayó del cielo dirigida por Barclay Goldsmith.
Inspirada en Del chile pasado a la rayada, el arte de la conservación en la cocina chihuahuense, de Perla Gómez Caballero, DeSazón tuvo su estreno en el Teatro El Galeón, en 2003, para celebrar los 25 años de Rascón Banda como escritor de teatro, con Egurrola, Huertas y Peláez en el elenco original, para el montaje a cargo de José Caballero y Alejandro Luna, recién fallecido el 13 de diciembre pasado.
Para Huertas, el éxito que ha tenido la obra, que cambió de nombre porque trata de tres “mujeres desazonadas”, es porque está bien escrita y tiene que ver con el alma humana, lo que la hace universal.
“Siempre he dicho que Rascón Banda conocía profundamente el alma femenina. Ya ves que en muy buena parte de su teatro las protagonistas son mujeres: Contrabando, Voces en el umbral, Mujeres que beben vodka, Ahora y en la hora, La fiera del Ajusco. Víctor Hugo escribió mucho sobre las mujeres. Y en DeSazón vemos a tres mujeres completamente diferentes una de la otra, pero, como nos sucede a los seres humanos, no solo a las mujeres, de pronto nos encontramos con los otros en nuestras historias, aunque no hayan coincidido a propósito. Todo eso se ve en esta obra”, comenta Huertas en entrevista.
En DeSazón, el dramaturgo explora y teje temáticas sociales desde una visión femenina, a partir de sendos monólogos que entrelazan tres mujeres de distintas condiciones sociales y orígenes a través de sus recetas de cocina, pero con el estado de Chihuahua y sus regiones y poblaciones como el escenario.
María Müller (Egurrola), menonita; Consuelo Armenta (Peláez), maestra de de la sierra de Chihuahua, y Amanda Campos (Huertas), guerrillera con ropa de tarahuamara, son los personajes de Rascón Banda que comparten lo que ha sido su vida en una tierra donde las fronteras de la religión, el idioma, el narcotráfico y la guerrilla, las mantienen atrapadas mientras encuentran la manera de seguir adelante.
Encarnadas en las tres primeras actrices del elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro (CNT) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), las tres mujeres evocan el sazón que las une a sus recuerdos, a la mezcla de ingredientes que resume una parte de su vida en el olor a envasado capaz de conservar el eco de la soledad, en el platillo favorito del ser amado o en el olor agridulce de la sobrevivencia y la gratitud. Los ingredientes de esos sabores tan chihuahuenses se unen a la vida de estas tres sobrevivientes de la marginación y la soledad”, según las notas institucionales difundidas.
Huertas agrega que en las recetas de cada región y de cada personaje, la cocina serrana, la menonita o la rarámuri, se están entrelazando los recuerdos de las personas a quienes les gustan esos alimentos.
El olor de la comida las remite a historias de supervivencia o acontecimientos relevantes en sus vidas, como el sabor agridulce de una relación amorosa o el aroma delicioso del hogar, que son una referencia constante a la reflexión por la injusticia y la intolerancia que enfrentan los grupos étnicos del país.
La lectura se inscribe además en el 20 aniversario del programa Leo… luego existo del Inbal, creado por Andrés Torres y en el que las tres primeras actrices ya han colaborado en otras ocasiones, que presenta de manera gratuita en la Sala Manuel M. Ponce ciclos de lectura en voz alta de autores nacionales, de unos 45 minutos, con la participación de actores y actrices de teatro, cine y televisión.
Para esta presentación, Huertas coincide en que habría sido mejor espacio para la lectura en homenaje a Rascón Banda y los aniversarios de la obra y el programa el Teatro Principal del Palacio de Bellas Artes.
En esta lectura de DeSazón, Centéotl Mendoza hará la interpretación a Lengua de Señas Mexicana.
20 años de DeSazón
Luisa Huertas, Julieta Egurrola y Angelina Peláez han llevado desde hace años la lectura dramatizada de DeSazón a varios escenarios capitalinos, como la Sala Héctor Mendoza de la CNT en Coyoacán, y a presentaciones en teatros de los estados, siempre caracterizadas con el vestuario diseñado por las hermanas María y Tolita Figueroa, hijas del más célebre fotógrafo del cine mexicano Gabriel Figueroa.
Huertas explica que, a pesar de la apretada agenda de las tres protagonistas, han hecho el esfuerzo de juntarse desde hace 20 años, aunque sea sin una temporada fija, porque aman la obra de Rascón Banda.
“Me invitaron a Tijuana a presentar el libro donde estaba Sazón de Mujer y Hotel Juárez, que se acaba de estrenar en el Círculo Teatral. Leí la obra rápido, porque al día siguiente la presentábamos, y me encantó. Al día siguiente le dije a Víctor Hugo tengo el reparto perfecto para esta obra: Angelina Peláez de la maestra; Julieta Egurrola, la menonita, y yo, la rarámuri. ‘Tú crees?’, me preguntó. Y le digo: ‘Sí’.
“Y, claro, las compañeras leyeron la obra y les encantó. Se estrenó en 2003, producida por Enrique Singer, coordinador nacional de teatro en aquella época. La llevamos a Cádiz, estuvimos en El Galeón, hicimos toda la gira por centro occidente del país en 2004. Y de una u otra manera nos llamaban para hacer funciones. Llegamos a 2008 y coincidimos las tres en la CNT y le dijimos a Luis de Tavira: ‘Oye, aquí estamos las tres, sigamos con la obra’. Y él, encantado. Así llegamos a este punto”, refiere.
De normalista a académico de la lengua
Víctor Hugo Rascón Banda fue maestro normalista, doctor en Derecho por la UNAM, dramaturgo y guionista de varias películas mexicanas durante la década de los 90, efímero miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua e impulsor del derecho de autor y de la Ley del Libro.
Estudió dramaturgia con Hugo Argüelles y Vicente Leñero y dirección con Héctor Azar. Ganó muchos premios nacionales y extranjeros, entre ellos la Medalla Xavier Villaurrutia del INBA, por trayectoria.
Presidió la Sociedad General de Escritores Mexicanos (Sogem); fue vicepresidente de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC); miembro de la Comisión de Artes y Letras del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), hoy Secretaría de Cultura federal.
“El 7 de agosto se le hizo un homenaje en Sogem. Y yo decía que teníamos que celebrar lo que fue la vida de Víctor Hugo, celebrar su capacidad de lucha, su gran talento, sensibilidad y liderazgo en el ámbito cultural. Fue un hombre que luchó todo el tiempo por los derechos no solo de los escritores, sino de actores, bailarines, pintores, sus luchas por el cine. Es decir, era un hombre incansable. Y aparte de todo eso escribía y escribía muy bien. Y fue un hombre súper sencillo, platicador, muy carismático. Todo eso celebramos y homenajeamos. Es un detalle muy importante que una de sus obras haya permanecido 20 años en repertorio”, refiere la primera actriz Luisa Huertas.
Entre algunas obras en teatro de Rascón Banda, que empezaron en 1979 con Voces en el umbral, que tiene por protagonistas a una mujer alemana y a una tarahumara en la región minera de Chihuahua, se encuentran, en teatro: Los ilegales, Tina Modotti, Sazón de mujer, Veracruz, Veracruz y Los apaches.
También Querido Diego, te abraza Quiela (versión del libro homónimo de Elena Poniatowska, 1988, sobre la relación entre el pintor Diego Rivera y su primera esposa y colega rusa Angelina Beloff) y Elena mil veces, vida y obra de Elena Poniatowska (en colaboración con Susana Alexander, 1990).
Obtuvo el premio Juan Rulfo a Primera Novela en 1991 por Contrabando.
En cine, trabajó en los guiones de: Días difíciles (Alejandro Pelayo, 1988), Morir en el golfo (Pelayo, 1990, sobre la novela homónima de Héctor Aguilar Camín), Playa azul (Alfredo Joskowicz, 1991), Jóvenes delincuentes (Mario Hernández, 1991), Rosa de California y El secreto de la Diana Cazadora.
Según el Inbal, el legado de Rascón Banda “representa una mirada crítica al México de finales del siglo XX e inicios del XXI. La importancia de sus obras radica en una gran sensibilidad para mostrar de forma creativa desde los escenarios el acontecer social y político de nuestro país”.
PCL