La labor de la compañía de teatro Seña y Verbo ha contribuido a visibilizar a las personas sordas, a las que no se les deben considerar discapacitadas. Su iniciativa de convocar a los individuos no oyentes a esta aventura artística les abrió no solo el campo de desarrollo sino que les cambió completamente la vida.
Dos de sus integrantes, Socorro Casillas y Abraham Zúñiga, jamás se imaginaron que al ser sordos llegarían a ser actriz y actor, respectivamente. Ellos estaban seguros de que ese campo de las artes les estaba negado, creían que la actuación únicamente era para los oyentes.
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Eduardo Domínguez, director de la compañía, apoyado por Antonio Zacruz, intérprete en la traducción de lengua de señas, en entrevista con MILENIO reconoce que entrar a Seña y Verbo, también le cambió la vida. Cuenta que de niño se aislaba, hasta que sus papás lo llevaron a las funciones de la agrupación, y ya cuando cumplió los 18 años, acudió a los talleres que imparte la agrupación y hasta hizo un casting, sin estar consciente de ello, lo mejor es que lo eligieron y desde ese momento, ya lleva 24 años en la compañía.
Domínguez, el primer director sordo de una compañía de teatro en México, asegura en entrevista con MILENIO que como empresa cultural con su trabajo en la difusión de la Lengua de Señas Mexicana, consolida y difunde el mensaje que los sordos pueden desarrollarse en todos los ámbitos, ya que son capaces de salir adelante.
“Se pueden desempeñar como actores, profesor en primaria y secundaria, pueden arreglar automóviles, o como programadores de computadoras, ya que hay talento. Nosotros estamos en contra la discriminación, con las obras de teatro y con nuestros talleres sensibilizamos a la gente, ya que muchas personas sordas tienen una autoestima baja, por eso, nosotros, con toda la empatía, queremos decirles que se sientan orgullosos por ser sordos”.
Celebrar 30 años de la compañía Seña y Verbo, fundada por el dramaturgo Alberto Lomnitz, y hacerlo con la reinterpretación del poema “Primero sueño” de Sor Juana Inés de la Cruz, este 3 de febrero en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, es una grata experiencia, sostiene Eduardo Domínguez, como el actual director.
“Cuando fueron los primeros 10 años de Seña y Verbo, tuve el privilegio de ser parte de la celebración, yo tendría como dos años que había empezado a trabajar. Después, el tiempo pasó de volada y fueron los 20 años y ahora los 30 años, ya son tres décadas. La compañía se fundó en un contexto muy difícil en México, ahora ya somos más reconocidos, ya nos invitan más por ser Seña y Verbo, y realmente es importante nuestro trabajo para que más personas se concienticen sobre la comunidad sorda”.
La situación no es nada sencilla para las personas sordas, aunque desde 2005 en la Cámara de Diputados se reconoció a la Lengua de Señas Mexicana, no generó mucho cambio.
“La Secretaría de Educación Pública no ha hecho las correcciones y adaptaciones en sus programas de estudio, todavía hay mucho que cambiar, pese a ello, algunas escuelas como los Centros de Atención Múltiple en Ciudad de México, tienen a un profesor oyente y uno sordo, que da clases, lo que está muy bien porque así aprenden la lengua de señas. Ha sido un proceso muy lento, ahora vemos en la conferencias mañaneras y en el Canal 11 a los intérpretes en Lengua de Señas Mexicana”.
Indica que todavía falta muchísimo, por ejemplo, Suecia tiene muchos sordos y hay más 500 intérpretes para toda la comunidad sorda de ese país.
“En Estados Unidos, también una nación muy grande, en cada estado hay intérpretes. En cambio, en México apenas existen unos 50, cuando las necesidades son enormes, tan solo en Ciudad de México hay como 500 mil sordos e intérprete certificados hay solo como 30, y no alcanzan, necesitamos más intérpretes; es un tema y un problema de gobierno porque falta mucha concientización”.
México está muy retrasado en la atención a la comunidad de sordos, el banco BBVA es el único que tiene intérpretes, apenas empieza esa nueva aplicación, entonces vamos muy lentos en comparación con otros países.
La función especial de aniversario de Seña y Verbo, de Yo despierta —obra que se estrenó en el Festival Internacional Cervantino—, cuenta con las actuaciones de la actriz sorda, Socorro Casillas y, de Haydeé Boetto, como actriz oyente, además de un grupo de bailarines, la obra multidisciplinaria proyectará también videos en rotoscopia en una única función, el 3 de febrero a las 19:00 horas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, ubicado en Donceles 36, en el Centro Histórico.
PCL