Soy socialista, hago buen gazpacho y he dormido en petate: Luisa Huertas

Entrevista

La primera actriz honra en ‘El Diccionario’ a María Moliner y a su padre, ambos filólogos y republicanos españoles; considera el debate sobre lenguaje incluyente una necedad que no resuelve feminicidios.

“Me encanta la novela policiaca, fue algo que aprendí también de mi padre, quien tenía una colección”. (Especial)
Ciudad de México /

Puede que el amor al español, la gramática y la voz pasara a Luisa Huertas vía genética. Su padre, contrario a datos en Wikipedia que reproducen periodistas para enfado de la primera actriz, no fue ingeniero, sino refugiado, socialista, como ella, y catedrático de Literatura y Ciencias Sociales en España, El Salvador —en cuya capital nació su hija y murió él— y México, donde publicó en Esfinge y luego Porrúa su libro escolar Lecciones de ortografía del español.

Huertas llega afectada por la ronquera a la entrevista; ha dado varias porque cumple 50 años de carrera y acaba de recibir el reconocimiento a Mejor Actuación Femenina Principal en los recientes premios Metropolitanos de Teatro 2019, por su protagónico en el drama del andaluz Manuel Calzada Pérez inspirado en la filóloga María Moliner, El Diccionario, que también ganó por Mejor Obra y que la Compañía Nacional de Teatro repone en el Foro de las Artes, del 26 de septiembre al 6 de octubre. Y cierra temporada de Hamlet con su amiga Julieta Egurrola.

Huertas se enteró apenas, por un sobrino nieto catalán que investigó la historia de su bisabuelo, el padre de la actriz y contemporáneo de Moliner, que ambos asistieron al mismo colegio en Madrid. Él nació en 1899 y ella, en 1900. Y coincidieron de adultos en indagar en el español.

Traer a México "El Diccionario" ¿fue un homenaje a su padre?

Sí, porque mi padre, Alfredo Huertas García, me enseñó a amar el idioma, papá no nos pasaba una falta de ortografía. Nos enseñó a leer de una manera divertida, nos hablaba de mitología. Mi madre también, María Luisa Dávalos Medina, era enamorada de la poesía, tocaba muy bien el piano, pero también guisaba, cosía y tejía muy bien.

María Moliner fue republicana y padeció la dictadura. Me imagino que también es un homenaje a su padre por su postura política, al ser refugiado español.

Definitivamente. Mi padre era socialista y yo me considero socialista. Milité en un partido durante varios años y mi pensamiento sigue siendo igual. Ese partido fue muy estigmatizado por la izquierda tradicional, era el Partido Socialista de los Trabajadores (PST). Estuve muy cerca del Partido Comunista, pero cuando conocí el PST y su vinculación con los trabajadores, me interesó más; su declaración de principios me pareció maravillosa. Y por eso conozco a mi país y amo más este México, porque anduve en el campo, en los barrios, por todos los estados. Y he dormido en petate y comido frijoles con chile, cuando hay frijoles; si no, tortilla con chile.

¿Qué platillo le sale mejor en la cocina?

El gazpacho. Con jitomate, pimiento rojo, pan viejo, vinagre y aceite de oliva. Era la comida de los campesinos españoles para refrescarse y alimentarse, como aquí en Chiapas el pozol.

¿Cómo le gusta festejar sus cumpleaños, cuáles son sus regalos favoritos?

Soy del 24 de junio. Eso sí está correcto en internet, donde inventan cosas de mí, aunque me ponen diez años más: nací en 1951, tengo 68 años, nunca me he quitado la edad. Nací en San Salvador, tengo tres nacionalidades: la española, por padre; la salvadoreña, por nacimiento, y la mexicana, que escogí porque se me dio la gana. ¿Cómo festejo? 90 por ciento haciendo funciones o dando clases en el Centro de Estudios para el Uso de la Voz. Mi mejor regalo es estar con la gente que quiero.

Pero algún regalo material le habrá gustado.

Compro lo que necesito, mis gustos tienen que ver con mis necesidades. ¿Algo espectacular que me hayan dado? Mi marido Miguel Corcega me llenaba de flores, y las pijamas que me da mi hermana siempre son las mejores. Quizás mi cumpleaños más feliz fue cuando tuve por primera vez a mi hija Erandi Rubio Huertas en mis brazos, es una mujer espléndida, culta, trabajadora, inteligente, honesta, contestataria y rebelde. Para mí, el feminismo real comienza con la independencia económica, no es que dude de las buenas intenciones de las feministas que dependen de otras personas, para nada, pero confío más en las feministas que han sabido lo que es el trabajo, lo que es aportar a tu sociedad trabajando y ganando tu propio dinero. Ser independiente económicamente, te ayuda mucho a ser independiente ideológicamente.

A propósito de feminismo, ¿cómo inserta a una mujer como Moliner y su famoso diccionario en el debate actual sobre “el lenguaje incluyente”.

Es una necedad. Estoy de acuerdo con el discurso que nos habla del machismo, de la sociedad patriarcal, pero por decir “compañeras y compañeros”, “diputadas y diputados”, “niños y niñas”, yo no siento ni inclusión ni que se logre de fondo una toma de conciencia de los derechos de las niñas, jóvenes y mujeres. Y con eso no vamos a resolver los feminicidios. Cuando hablamos del ser humano, de la persona, ahí está la inclusión. Esta separación puede ser incluso nociva. Las feministas serias hablan de que el feminismo no es la lucha en contra del hombre, sino por los derechos de la mujer.

Como Luisa Huertas, ¿qué disfruta más allá de la escena?

Coincido con Sergio Vela. Me encanta la novela policiaca, fue algo que aprendí también de mi padre, quien tenía una colección. Me acuerdo en especial de un autor, Ed McBain, con Demarcación 87. Sir Arthur Conan Doyle me enseñó muchísimo, porque Sherlock Holmes, además de Sigmund Freud, sirve para indagar en la mente de los personajes; su manera de deducir, descubrir al culpable a partir de pequeños signos casi imperceptibles, me ha ayudado mucho en mi vida diaria y como actriz. También la música, si no hubiese sido actriz, habría sido músico, la música clásica es lo que más he escuchado desde niña.


  • José Juan de Ávila
  • jdeavila2006@yahoo.fr
  • Periodista egresado de UNAM. Trabajó en La Jornada, Reforma, El Universal, Milenio, CNNMéxico, entre otros medios, en Política y Cultura.

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