Teatro Ciego debuta en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris después de 16 años de su formación, con su obra emblemática Odio que los abrazos no duren más de cuatro horas y con un llamado de reconocimiento profesional.
“Hay artistas con discapacidad, pero somos como cualquier otra compañía. Para nosotros llegar al Teatro de la Ciudad implica el reto de abarrotarlo de gente con boleto pagado, que eso es fundamental para cualquier artista, y en especial para nosotros, porque haría entender que el trabajo de los artistas con discapacidad necesita ser redituable”, explica Juan Carlos Saavedra, el fundador de la agrupación.
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“Para nosotros este debut en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris significa muchos años de trabajo, de esfuerzo, de estar picando piedra, de no hacernos menos por ser artistas con discapacidad. De saber que las personas con discapacidades tienen derecho a habitar espacios públicos e institucionales”, añade.
También director de la pieza, indicó en entrevista que con las funciones el sábado 15 (19:00 horas), y el domingo 16 de julio (18:00 horas) en el Esperanza Iris cerrarán la gira que emprendieron por los estados, donde la gente se asombraba de que todos los actores son ciegos al finalizar el espectáculo escénico.
“La obra de Itzel Lara es un proyecto multidisciplinario con teatro, música, combate escénico y performance con el que trabaja Teatro Ciego desde 2018”, explica el artista, fundador de la compañía hace 16 años junto con su programa de formación actoral para personas con discapacidad visual del que han egresado el elenco estable de actores de la compañía y que ha replicado en su gira por la república.
Fue la primera obra de gran formato que emprendieron como compañía, en la que plantean cómo un cuerpo ciego habita un espacio no convencional y cuestionan cómo en éste dos personas se encuentran.
También cuestionan que una persona con discapacidad no pueda ser actor o actriz si carece de una formación académica en una escuela regular de teatro.
Odio que los abrazos no duren más de cuatro horas se estructura en cinco monólogos unidos por música y protagonizados por sendos actores que están repitiendo diferentes procesos de duelo.
“Griselda Achari Martínez, directora musical, ve (la música) como un gran soundtrack de la obra, que acompaña a estos personajes y la llama Partitura dramática para autómatas en duelo, porque estos cinco personajes son puestos como autómatas que van repitiendo movimientos”, añade Saavedra.
El espectáculo, inspirado en La separación de los amantes, de Igor Caruso, presenta pequeñas historias de autómatas, como la de un hombre que pide cientos de refrescos como recompensa por ser el empleado del mes; o la mujer que celebra siempre la Navidad cocinando huevos para soportar la espera; o el ermitaño que busca la iluminación en la azotea de su casa, mientras come tamales.
Además, las dos presentaciones incluirán audiodescripción para personas con discapacidad visual e interpretación en Lengua de Señas Mexicana para los sordos o con debilidad auditiva.
Elenco
David Estrada, Mónica Crisóstomo, Marco Antonio Martínez, Érika Bernal, Jesús Rodríguez y Cristián Arias. Músicos: Óscar Guzmán, Esaú Montes y la chelista Maricarmen Graue. Ensemble: Adriana Grajeda, Natividad Ibarra García, Brisa Martínez Burgos, Lourdes Medina y Adrián Venzor.
PCL