Teatro reunido de Villoro /III

Teatro

¿Quién no ha deseado desaparecer ante la avalancha de circunstancias insatisfactorias? Y qué mejor que una catástrofe colectiva (un terremoto o una guerra) para desaparecer y empezar de nuevo.

Lo que hemos visto es representación. (Especial)
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

La Guerra Fría y otras batallas es el volumen de reciente aparición que reúne el teatro de Juan Villoro, motivo por el cual hacemos el repaso de pensar sus obras. En Muerte parcial nos lleva Villoro por esas ideas inconfesables de la mente en las que nos gustaría huir de uno mismo para vivir otra vida. ¿Quién no ha deseado desaparecer ante la avalancha de circunstancias insatisfactorias? Y qué mejor que una catástrofe colectiva (un terremoto o una guerra) para desaparecer y empezar de nuevo. El dramaturgo neoyorquino Neil LaBute practicó esta premisa en su espléndida obra El asiento de la misericordia o Salvación (según la traducción que hiciera Otto Minera hace una década), en la que un burócrata del Word Trade Center que tiene una amante decide desaparecer de su familia. Nathaniel Hawthorne lo ensayó también de alguna manera en su cuento Wakefield. Por tanto, con maestría, Villoro rasca en fantasías que todos hemos tenido de una u otra manera.

En La desobediencia de Marte cabría la tentación de ponerse conceptual y hasta filosófico, pero no. Juan aterriza en las pasiones humanas: la rivalidad entre los astrónomos Johannes Kepler y Tycho Brahe, empeñados en descifrar el cosmos con preguntas muchas, algunas que muchos siglos antes había resuelto Hypatia de Alejandría (que las órbitas de los planetas no responden al círculo sino a la elipse). El problema que ocupa a los personajes en la acción dramática es la órbita de Marte (el más caprichoso de los planetas). Y el enigma plantea una guerra entre los egos de ambos científicos. Así, descifrando a Marte, intentan descifrarse el uno al otro en un esgrima minado por sus mutuas fragilidades.

Pero Villoro no se conforma con la materia dramática del encuentro histórico del año 1600 y, cuando el público ha entrado de lleno en el conflicto de los científicos, rompe y siembra el desconcierto al ubicarnos de sopetón en 2017. Lo que hemos visto es representación, teatro dentro del teatro, dos actores que también tienen una historia complicada que los atraviesa mientras ensayan La desobediencia de Marte.

FICHA

NARRADOR Y TEATRISTA

Villoro ha demostrado una y otra vez, desde el periodismo o desde la traducción, desde las causas que defiende como el Movimiento Teatro por la Dignidad y, por supuesto, desde su escritura para la escena, que es un teatrista consumado, amén del narrador famoso que ya es.


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