La bibliografía de Tedi López Mills se nutre del ensayo, la poesía y la traducción –la novela se le ha aparecido en el horizonte, mas no acepta meterse de lleno–, una fórmula que le ha permitido acomodarse en el ámbito editorial de esa manera, “transmigrando, saltando de un género a otro, disfrazando los géneros.
“Una vez más, no es deliberado: no pienso en un género para temas determinados, sino que se va engarzando con otro más por necesidad, por desesperación o por falta de recursos en ese momento. En ese sentido, el género más incómodo para mí es el de la poesía, pero es el que más me gusta”, explica en entrevista con MILENIO la colaboradora del suplemento cultural Laberinto.
Por una trayectoria que “ha sabido hacerse presente en la literatura mexicana con una obra exigente en la que explora e innova los territorios de la creación, sin dejar de tener en cuenta la necesidad de desprenderse de lo inmediato y apostar por la condición perdurable de la letra en el tiempo, con un original manejo del humor y la ironía”, Tedi López Mills se hizo acreedora al Premio Bellas Artes de Literatura Inés Arredondo 2021 por trayectoria.
Convocado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), el Gobierno del estado de Sinaloa, mediante el Instituto Sinaloense de Cultura (Isic), María Luisa Trejo Sirvent, Adolfo Castañón y Ernestina Yépiz Peñuelas fueron los integrantes del jurado que decidieron otorgarle el reconocimiento por unanimidad, “con fundamento en su destacada trayectoria como poeta, ensayista y traductora”.
“Donde me siento más incómoda, pero esa incomodidad me gusta, es en la poesía. A donde quisiera saltar es en la novela, pero nunca me va a ocurrir. Siempre es el lugar al que me gustaría llegar en algún momento, como la novela, pero no me veo haciendo una novela.
“Lo más parecido que he escrito es La invención de un diario, pero tiene forma de diario y tiene también algo de poesía y algo de ensayo; es lo más parecido. Supongo que me resulta muy difícil porque no soy novelista o no me he atrevido a hacerlo, y a estas alturas del partido ya no va a ocurrir”, destacó la escritora, quien recibirá el premio recién anunciado, de manera virtual, el próximo 30 de octubre.
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El destino de la obra
En el acta del jurado se establece que la de Tedi López Mills es “una obra exigente en la que explora e innova los territorios de la creación”, ante lo cual la autora de títulos como Libro de las explicaciones, Lo que hicimos y Cascarón roto, publicados por Almadía, destacó que el reconocer cierta complejidad de su trabajo, una trayectoria con vericuetos, “me da gusto, me parece maravilloso.
“No sé si es una elección o es un destino. En ese sentido muy preciso, la conexión con Inés Arredondo me parece muy interesante, porque ahora que releía Río subterráneo, un libro que publicó en 1979 y se ganó el Premio Villaurrutia, y reconozco esa primera impresión que tuve de ella como una escritora muy elusiva, muy difícil de reconocer, de transiciones complejas. En ese sentido, es una maestra, una maestra de lo que está escondido detrás de las frases: una maestra de las atmósferas”.
Para consolidar esa mirada sobre la literatura, Tedi López Mills no deja de observar hacia escritores definitivos en su formación, como Ezra Pound, T. S. Eliot o Virginia Woolf, “siempre hay un libro que me asombra y, por lo tanto, me lleva a escribir algo que se quiere acercar a ese libro.
“Siempre hay obras que se convierten en presencia, en miradas por encima del hombro, en influencias, porque no le rehuyo a las influencias: no me da miedo ni me molesta parecerme a un autor al que admiro mucho. Siempre estoy en busca de influencias, en busca de respaldo, en busca de una forma de contaminación. Esas son para mí las lecturas y las lecturas asombrosas de libros únicos, aún más”, a decir de la poeta.