La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), emblema educativo del país, celebra hoy 110 años de su fundación, pues el 22 de septiembre de 1910 se inauguró gracias a los esfuerzos de Justo Sierra Méndez, quien fue subsecretario de Justicia e Instrucción Pública y ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes durante el gobierno de Porfirio Díaz.
Para conmemorar a la también llamada Máxima casa de estudios, vale la pena conocer a fondo un aspecto presente en el campus principal de la escuela, Ciudad Universitaria: sus murales, realizados por artistas de la talla de David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera.
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Las fechas en la historia de México o el derecho a la cultura
Ubicado en el muro norte de la Torre de Rectoría, en él su realizador, David Alfaro Siqueiros, colocó una mano sosteniendo un lápiz mientras apunta a un libro con las fechas que el muralista consideró las más importantes en la historia del país.
"La de llegada de los españoles en 1520; la Independencia en 1810; la primera Constitución Liberal en 1857; la Revolución Mexicana en 1910; y finalmente Siqueiros deja un 1900 con dos signos de interrogación que simbolizaron estas expectativas hacia el futuro”, señala el sitio de Fundación UNAM sobre esta obra.
El pueblo a la universidad, la universidad al pueblo
En la fachada sur de la Torre de Rectoría, Siqueiros plasmó las figuras de 5 estudiantes avanzando hacía el pueblo con el objetivo de entregarles sus conocimientos.
“Se dice que Siqueiros propuso este título inspirado en el discurso del rector José Vasconcelos, quien llega a la Universidad como rector en 1920, y que dijo, no venía a trabajar para esta universidad, sino que venía a hacer que la universidad trabajara para el pueblo”, explica Adriana González Durán, guía certificada por la UNAM.
Nuevo símbolo universitario
Siqueiros pintó la figura de dos aves: el cóndor andino y el águila mexicana, símbolo de la unión de las culturas de Latinoamérica, que también se encuentra en el escudo de la UNAM. Está ubicado en la Torre de Rectoría.
La universidad, la familia y el deporte en México
El águila mexicana y el cóndor andino de nuevo fueron usados para este mural que realizó Diego Rivera en el Estadio Olímpico. Además, se observa a una familia que representa la mezcla de culturas de nuestra sociedad. En los costados hay dos atletas simbolizando el deporte y la figura de Quetzalcóatl.
“Esta es una obra de Diego Rivera, originalmente se había planeado que cubriera todo el talud perimetral, finalmente sólo realiza esta pequeña parte. Está hecho con piedras naturales de colores, esto hace que no se vaya a perder el color a diferencia de otros murales que existen en Ciudad Universitaria”, señala González Durán.
Representación histórica de la cultura
La Biblioteca Central es uno de los emblemas de Ciudad Universitaria. El pintor Juan O'Gorman cubrió sus alrededor de 4 mil metros cuadrados con piedras naturales de colores. En las fachadas del edificio se encuentran representadas diferentes etapas de la historia de México: época prehispánica, época colonial, época revolucionaria y modernidad.
“Él quería que el mural resistiera por muchísimos años y buscó piedras de colores naturales por toda la república en diferentes viajes, también se mandó una convocatoria a primarias de estados mineros y los niños enviaron las piedras aquí a la ciudad de México y así O ‘Gorman recolectó más de 150 tipos de diferentes piedras y es eligió los colores que a él más le gustaron” señala Rocío Ortiz, guía oficial en Ciudad Universitaria.
El retorno de Quetzalcóatl
José Chávez Morado utilizó el mosaico veneciano para representar a Quetzalcóatl en forma de balsa. Llama la atención el espejo de agua de este mural, pues realza la travesía del dios prehispánico con diferentes representantes de las culturas del mundo. Se ubica en el edificio de posgrado de Arquitectura.
“De izquierda derecha: un egipcio, un fraile franciscano. El personaje al centro, y quien guía la barca, es Ehecatl, dios del viento. Le siguen una figura de Mesopotamia, un griego, un representante de Oriente y finalmente un hombre del islam”, explica Ortiz.
La ciencia y el trabajo
Este mural, que muestra la construcción de Ciudad Universitaria, es el único hecho a través de la técnica vinílica y por ello tiene que estar protegido en una vitrina. Se encuentra en el Auditorio Alfonso Caso.
Su autor, Chávez Morado, lo dividió en 7 escenas que cuentan el paso del tiempo desde el trabajo de obreros, ingenieros y arquitectos que diseñaron la Facultad de Ciencias, hasta el término de la construcción de los edificios.
La conquista de la energía
Ubicado en la antigua Facultad de Ciencias, Chávez Morado realizó una alegoría al conocimiento científico y al desarrollo del ser humano en base a éste.
“En el lado izquierdo podemos ver a un grupo de hombres que están agachados que están abrazándose a sí mismos, se alcanza ver un solo rostro que refleja miedo y angustia porque lo rodea un felino nocturno (...) (Del lado derecho) los hombres toman el fuego de una hoguera avanzan con él en sus manos, ya se levantan se ponen de pie y están avanzando hasta llegar a una nueva era” relata Rocío Ortiz.
La superación del hombre por medio de la cultura
Este mural de Francisco Eppens, ubicado en la Facultad de Odontología, tiene la premisa del hombre portador del fuego y su fusión legendaria con la cultura, como símbolo de triunfo y progreso. La cultura que impulsa a este hombre es síntesis del mundo ancestral prehispánico representado por la serpiente, y el legado novohispano presente en la imagen del fraile visible en un segundo plano.
La vida, la muerte, el mestizaje y los cuatro elementos
Esta obra de Eppens está compuesta por un cráneo devorando una mazorca de maíz, lo que representa vida y muerte. El artista simbolizó el mestizaje con una máscara de 3 rostros: el padre europeo, la madre indígena y el hijo mestizo.
Los cuatro elementos están representados con la presencia de diferentes figuras. El agua mediante el dios Tláloc y discos de jade. El aire a través de mariposas, el águila y el zopilote. La tierra, al centro, simbolizada por los senos de la diosa Coatlicue. Finalmente, el fuego, es representado por las llamas de los soles mayas.
*Con información de Fundación UNAM
yhc