A diferencia de años anteriores, el draft del 2021 se ha destacado por un detalle: los equipos no temen hacer movimientos para subir posiciones y obtener exactamente al jugador que desean.
En la primera ronda. hubo tres cambios: Philadelphia le pagó a Dallas para tomar al ganador del Heisman, Chicago hizo lo propio con los Giants para seleccionar a su nuevo quarterback del futuro y los Jets desembolsaron con Minnesota para elegir a un liniero de élite para proteger a su nueva joya... pero eso solamente fue un adelanto, pues en la segunda ronda hubo 7 intercambios más, algo por demás notable.
Con esta variante, las posiciones del reclutamiento cambiaron constantemente y provocaron alteraciones en las elecciones de todos aquellos que fueron saltados y debieron ajustarse a tomar la que, probablemente, era cuando menos su segunda opción.
Los cambios generan un estruendo total que cambia la perspectiva y la realidad de un modo notable. Son, por tanto, una parte muy emocionante del juego.
En un cambio se ve, por ejemplo, que Denver toma al corredor Javonte Williams con la segunda selección de la segunda ronda, pero al evitar que Miami lo seleccionara un pick después, cambia la historia, pues los Delfines debieron ajustarse y elegir al safety Jevon Holland, cambiando probablemente su estrategia.
Así, ahora solo conoceremos la carrera de Williams en Denver y nunca sabremos lo que pudo ser en Miami, que entonces debió tomar otro rumbo, con un jugador de otra posición, en lugar de reforzar su ofensiva. Eso es lo emocionante de un cambio.
Tras los 5 QB seleccionados en 1ª ronda, solo hubo uno más en la 2ª, pero éste destacó por dos razones: lo eligió Tampa Bay y se preparará para ser quien herede el sitio que hoy ocupa Tom Brady. ¿Su nombre?: Kyle Trask.
Sangre nueva llena de talento ha llegado a la NFL y hace ver un futuro brillante, solo habrá que esperar cuatro meses más.
SFRM