Los Hawkeyes protagonizaron una edición más de su tradicional saludo a los niños de un hospital familiar construido a espaldas de su estadio de futbol americano.
Tres el primer cuarto de los encuentros de la Universidad de Iowa en el Estadio Kinnick, aficionados y jugadores voltean al nosocomio donde los pequeños gozan de una vista privilegiada del campo, a quienes saludan y aplauden en reconocimiento a su lucha.
Desde el año pasado, familiares y niños del hospital tienen acceso a esa zona del inmueble para poder disfrutar de los partidos, en una costumbre adoptada desde el 2 de septiembre del año pasado.