Para el alto tight end Tony González, esto fue una clavada de balón.
González, de 1,96 metros (seis pies y cinco pulgadas) de estatura y que convirtió la clavada de balón en los postes durante sus festejos de touchdown en una expresión artística, fue elegido el sábado para ingresar al Salón de la Fama.
Junto con él lo harán dos jugadores que también aparecieron en las boletas por primera vez, Champ Bailey y Ed Reed, así como otro defensive back, Ty Law, y el centro Kevin Mawae; Law y Mawae eran finalistas por tercer año.
Los candidatos como colaboradores, el dueño de los Broncos Pat Bowlen y el ejecutivo de los Cowboys y de la NFL Gil Brandt, también fueron elegidos, lo mismo que Johnny Robinson, el defensive back que ayudó a los Chiefs a ganar el Super Bowl IV.
González inició su carrera en Kansas City y la terminó en Atlanta, donde los votantes se reunieron previo al Super Bowl para elegir a la generación de 2019; no necesitaron mucho tiempo para debatir si lo merecía.
El receptor más prolífico en su posición en una carrera de 17 años, González atrapó 1.325 pases (segunda mayor cantidad en la historia de la NFL) para 15.127 (sexta mejor marca) y 11 touchdowns. Fue considerado All-Pro seis veces, jugó 14 Pro Bowls y sus 916 recepciones con los Chiefs impusieron uno de sus 22 récords de franquicia, a su retiro.
Vestirá el saco amarillo este verano junto a tres jugadores que pasaron parte de sus carreras tratando de frenarlo.
Esto representa la primera vez que más de dos defensive backs ingresan al Salón de la Fama en la misma generación.
Bailey jugó por 15 años cinco con Washington, luego 10 más con Denver después que los Redskins lo canjearon por Clinton Portis.