Bajo un clima perfecto, sin una sola nube en el cielo y, por tanto, digno de lo que podía esperarse de Miami, el Super Bowl LIV comenzó desde varias horas antes alrededor del Hard Rock Stadium.
La música latina, con Marc Anthony, Celia Cruz, Santana (en grabaciones) y Pitbull (en vivo) hizo mover los pies de los miles de aficionados que llegaron temprano a la cita, y decenas de puestos para comer y beber los ayudaban a disfrutarlo aún más. Hamburguesas y burritos eran las principales opciones; refrescos y cervezas sus acompañamientos.
Espacios preparados para tomarse la foto (o las fotos) del recuerdo recibieron a miles de modelos, y en su gran mayoría, éstos vestían de rojo… lo que dificultaba saber a quién apoyaban, pero la cordialidad nunca se perdió y eso mantuvo la fiesta.
Muchos mexicanos eran parte de la horda. Provenientes de la CDMX, Jalisco, Sinaloa, Chihuahua, Monterrey y, seguramente, muchos lugares más.
“Estamos aquí para apoyar a los 49ers, que van a ganar 31-20”, dijo Toño Macías, usando una máscara de luchador con los colores de los Niners. “Después de tantos años, ,¡hoy ganan los Chiefs 45-20!”, aseguró Alfonso, acompañado por sus amigos.
Una vez pasando la zona de comida y baile, con el estadio enfrente, vendedores con programas oficiales (20 dólares) eran el primer contacto cercano con el juego. Adelante seguían las tiendas y más allá el emparrillado, listo para que en unas horas todos pongan sus ojos en él.