El estelar de Golden State, Stephen Curry, alcanzó una nueva marca personal al encestar 62 puntos ante Portland, llevando así a los Warriors de vuelta al .500 de porcentaje
Comenzó encestando 13 de 38 (.342) en los primeros dos juegos de la temporada, incluyendo 4 de 20 en triples, los Warriors fueron apaleados en ambos, por Brooklyn y Milwaukee, y algunos se atrevieron a especular que su momento de brillantez se había debido sólo a que era parte de un gran equipo, pero que si realmente era una estrella, ahora debería demostrarlo.
¿Cómo respondió Stephen Curry?, pues con el mejor desempeño de su carrera, al encestar 62 puntos ante Portland y llevar a Golden State de vuelta al. 500 de porcentaje.
Encestando 18 de 31 tiros de campo (.581) y despachando 8 de 16 triples entre ellos, El Chef demostró que no es considerado uno de los mejores (si no el mejor) tiradores de la NBA por lo que hizo en años anteriores, pues al día de hoy, a sus 32 años de edad, sigue siendo una estrella.
Su marca personal era de 54 puntos, anotados el 27 de febrero del 2013 ante los New York Knicks, en su cuarto año en la liga. Este domingo, Curry se convirtió apenas en el quinto jugador en este siglo (Kobe Bryant, Tracy McGrady, Carmelo Anthony y Devin Booker) en alcanzar la marca de 62 puntos en un juego, el primero desde 2017.
Irónicamente, el juego no fue perfecto para Curry, quien llegó al choque encestando 26 de 26 desde la línea pero ante los Trail Blazers falló por primera vez en el año, al finalizar 18 de 19. Un formalismo que demuestra que, si bien sigue siendo una estrella, también es humano.
“Fue una actuación brillante”, dijo su coach, Steve Kerr, al término del juego. “Hemos visto a Steph hacer tantas cosas aquí a lo largo de los años, tantas noches increíbles en Oracle y ahora Chase. Es un privilegio entrenarlo. Y no sólo por su talento, sino por la forma en que se comporta, la forma en que lidera, y somos increíblemente bendecidos como organización por tener a Steph a la cabeza”.
Es cierto que eso no es algo nunca antes visto (fue la ocasión número 61 que un jugador consigue más de 60 puntos en un juego NBA), pero la nota es que Stephen Curry ha levantado la mano, confirmando que una de las estrellas más brillantes de la liga siempre puede brillar… aunque no esté en el mejor equipo de la liga.
JMRS