El Salón de la Fama del Beisbol Mexicano fue inaugurado en el Parque Fundidora de Monterrey, Nuevo León.
Con la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador; Ana Gabriela Guevara, titular de la Conade; Jaime Rodríguez Calderón, Gobernador de Nuevo León; Adrián de la Garza, Alcalde de Monterrey; Francisco González Sánchez, Presidente del Consejo de Administración del Grupo Multimedios; Guillermo González, presidente de Deportes en Multimedios, y el empresario Alfredo Harp Helú, dueño de los Diablos Rojos del México, se abrieron las puertas del recinto de los inmortales.
"Se aprobó en el presupuesto una partida para fomentar el beisbol", comentó López Obrador, señalando que se invertirá para la creación de academias y escuelas de este deporte, que sirvan como semilleros de peloteros.
"Afortunadamente, en México tenemos empresarios con dimensión social. Ellos son muy importantes para el desarrollo de estos proyectos", continuó.
"El beisbol, además de ser un deporte, es historia, estadística y sobre todo un arte", dijo Harp Helú ante los medios de comunicación.
El Salón de la Fama del Beisbol es un inmueble que preserva los récords de los peloteros mexicanos y reconoce a aquellos que han hecho historia a nivel profesional.
El lugar tiene jaulas de bateo, de pitcheo, áreas de juego familiar, un mini-estadio , una biblioteca con historia y documentos relacionados con esta disciplina, además de una sala de exhibiciones temporales y permanentes, un auditorio para conferencias, proyecciones de películas y una tienda de artículos oficiales.
El recinto, que implica una inversión estimada en los 400 millones de pesos, se edificó sobre un área de 7 mil 200 metros cuadrados en la parte sur-poniente del Parque Fundidora.