Guerrera de mil y un peleas sobre el ring, la ex campeona estatal y nacional de boxeo amateur, Shirley Ann Muñoz, enfrenta hoy la batalla más gratificante en su vida, tras el nacimiento de su pequeño hijo Killian Jake, quien se ha convertido en su motor de vida, ahora como jefa de entrenadores de la Asociación de Boxeo en Puebla.
La llegada de su primogénito cambió por su ser, mejorando incluso su salud, pero sobre todo su visión de las cosas, por lo que ella valora esta nueva faceta, que de ninguna manera ha sido un obstáculo para seguir adelante.
¿Cómo te enteras que ibas a ser mamá?
“Yo estaba en una nacional cuando me enteré, entonces, sí fue un poquito impactante, pero afortunadamente recibí el apoyo de todos, seguí trabajando y esto nunca fue impedimento para perder el hilo de las competencias, de hecho, estando embarazada de seis meses y medio subí a la selección regional del 2020. Ahí se puede observar el compromiso que yo tenía con mi estado. Todo fue supervisado por mi ginecóloga, no hubo irresponsabilidad alguna”.
Sabemos que tu retiro del boxeo se debió a un accidente grave, ¿eso afectó tu embarazo?
“Me retiré de ser peleadora activa por un accidente que tuve, estuve en coma por tres, casi cuatro años y por ello tomaba muchas medicinas que me ponían muy mal. Gracias a mi embarazo dejé de tomar esas medicinas por decisión propia, porque mi doctor en ese tiempo no me había autorizado, pero mi ginecóloga me analizó, me hizo estudios y me dijo que me veía bien, mi familia me veía mejor. Me fui a Estados Unidos, mi salud y la de mi bebé estaba normal. Me siento sana por esos tres años en que dejé de boxear, bajé de peso. Otra noticia buena es que oficialmente me gradué de mi licenciatura y voy a empezar con mi pasantía”.
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¿Cómo fue la llegada de tu bebé? ¿cómo te cambió la vida?
“Mi bebé nació en plena pandemia, cuando nadie podía salir, ahora tampoco, pero existía muchísimo miedo y yo quería participar en esto y comprar las cosas de mi bebé. Con todas las precauciones, salía a comprar donde estuviera abierto para preparar la llegada de él, yo no tuve baby shower porque seguí las normas de sanidad y eso me puso muy triste. Tenía todo preparado, todo guardado, me decía: '¿por qué fui la única que obedeció?', pero yo pensé mucho en mi hijo y familia, principalmente, eran tiempos difíciles e iban a haber momentos más adelante para disfrutarlos. Me sentí muy feliz cuando nació mi bebé, fue algo que no puedo explicar, algo hermoso, escuchar que lloraba. Cuando lo ves y lo cargas, automáticamente sabes que lo vas a proteger toda tu vida y apenas tienes un segundo de conocerlo, jamás voy a dejar que algo le falte, siempre le voy a cuidar y le voy a enseñar cómo tiene que ser en la vida”.
¿Cómo has vivido este nuevo proceso en tu vida?
“Al principio fue difícil porque yo seguía estudiando; mis maestras me apoyaron muchísimo, toda mi familia me apoyó siempre. Muchos te enseñan lo bonito que es la maternidad pero no saben lo difícil que es estudiar, seguir trabajando y volverte mamá, esposa y muchas cosas. Cuando tenía clases, íbamos a dejarlo con mi mamá, que ha sido un gran apoyo, gracias a Dios ya terminé la universidad, mi hijo tiene excelentes abuelos, bisabuelos y tíos. Sé que todo el mundo dirá que sus hijos son especiales, pero ven a mi hijo y es un angelito, no sé si fue por las adversidades que pasaron por la pandemia, mucha gente estuvo al pendiente de mí, mis verdaderos amigos salieron a la luz, mis alumnos me estuvieron apoyando y aunque no hice baby shower, parecía que sí tenía porque me venían a dejar muchos detallitos y la verdad lo ven y siento que tengo un angelito porque es lo mejor que pudimos tener, todas las mamás lo sienten, pero eso es lo más importante, que un bebé nace seguro, con autoestima, feliz y libre, creo que así debe seguir los seres humanos en el resto de su vida para que no les afecte las adversidades que hay en el mundo”.
mpl