Arturo Vicente Mijares González nació en San Diego, California pero desde niño llegó a Gómez Palacio, donde estuvo rodeado del box, deporte lleno de golpes, así como golpes de vida que lo han guiado para transmitir lo que un día le ha dejado esta disciplina.
Después de llegar a ser profesional y trabajar como entrenador desde temprana edad, a sus 29 años está por formalizar una asociación dedicada al fomento de peleas de laguneros y de diferentes partes de México en Estados Unidos para así mostrar su capacidad boxística al mundo entero.
El fin es foguear a los deportistas fuera de la región y del país con peleadores profesionales promesas y de mayor nivel, pero sobre todo, para mostrarles que la vida tiene miles de lugares, oportunidades y momentos por conocer, que hay cosas diferentes a lo que los rodea en su lugar de origen.
Asegura que ha entrenado a más de 5 mil jóvenes, niños, niñas y adultos, de los cuales dice acordarse de la mayoría, muchos de ellos se convirtieron en buenas amistades.
Cuando estaba en la secundaria, escuchó al profesor de Español palabras que le cambiarían la vida, un discurso que al paso del tiempo le ayudarían a sentar la base de su esfuerzo y ahora transmite en cada oportunidad.
“El maestro de Español, Raymundo ‘El Charrito’, un día nos dijo: ‘Ustedes puede hacer lo que quieran en su vida, pero vean que muchas personas toda su vida hacen lo mismo, trabajar y esperar el fin de semana para emborracharse. Ustedes hagan su vida diferente, no hagan lo mismo de los demás’, y también dijo: ‘Creen que conocen el mundo nada más con abrir la ventana’, fue algo que me marcó”, expresa.
Arturo vivió su infancia alejado de su padre, un campeón mundial que llegó a pelear representando el potencial lagunero en más de 15 países, en tanto su abuelo materno, al ser fiel seguidor del pugilismo y promotor de peleas en la Arena Olímpico de Gómez Palacio, fue quien le transmitió su sabiduría, su gusto y afición por el box.
Su apellido en la Comarca Lagunera es sinónimo de boxeo, sin embargo señala que esta disciplina le ha enseñado a valerse por sí solo a base de trabajo, esfuerzo y dedicación, ya que tal como funciona cada pelea, es un combate uno contra uno, sin equipo a la hora de sonar la campana, tal como Vicente describe a la misma vida.
“Arriba del ring estás tú solo, a diferencia de otros deportes en equipo, en esto el triunfo depende solamente de ti, del esfuerzo que pongas ahí y también en la preparación que tuviste".
Empezó a entrenar junto con varios de sus primos en el llamado Gimnasio "Séptimo Round", entre ellos Cristian y Ricardo Mijares, que al paso del tiempo se convertirían en profesionales tal como Vicente, en cambio, a Chente Mijares el destino lo llevaría hacia otro rumbo luego de completar 25 peleas como profesional.
Tomaría sus estudios universitarios en la licenciatura en Derecho en la escuela Francisco González de la Vega (FaGoBe) en Gómez Palacio, esto porque en su experiencia, en el negocio del boxeo hay que estar preparados en el ámbito legal.
Piensa dedicarse de lleno al boxeo, ahora como entrenador privado en Los Ángeles y en unos meses abrir una asociación con la que buscará consolidarse como promotor de boxeadores mexicanos en aquella nación.
A Los Ángeles llegó sin conocer a nadie. Poco a poco fue dándose a conocer y empezó a relacionarse con promotores, los cuales actualmente le piden peleadores, una vía que ha aprovechado para desarrollarse profesionalmente a la par de los prospectos que presenta.
"Mientras que en México un boxeador llega a ganarse, si bien le va unos 10 mil pesos por pelea, en Estados Unidos ganan de 40 a 50 mil pesos y son vistos por promotores internacionales como el de Golden Boy", comparte el joven lagunero.
La disciplina y dedicación, además de oportunidades que se toman o se dejan, han sido la base de su vida diaria en el mundo del boxeo en el joven promotor.
Para el joven promotor un conjunto de valores que se unen a las oportunidades que se toman o se dejan, representan la principal clave para mantener en pie sus sueños.
En primera instancia ya proyecta acomodar peleas en California a 20 jóvenes para probar fuerzas en la Unión Americana y seguir aumentando esa cifra hasta ser referentes de dar oportunidad a jóvenes promesas del boxeo.
¿Qué es lo más apasionante en el mundo del boxeo?
Lo más apasionante de todo son las vidas y mentes que logras cambiar, compartir mis conocimientos como profesional y hacerles saber que en el box todo se puede lograr, que puedes llegar a derrotar a los que pensabas invencibles, pero sobre todo, que si no se entrena, ningún sueño se puede lograr.