"Al sonido del gong, que nunca oiré, aprieto los ásperos puños dentro de los guantes para derribar las paredes", es parte de un poema que escribió Mario D'Agata, el primer -y de momento único- boxeador sordo que ha logrado ser campeón.
Nacido de padres sicilianos en Arenzzo, una región de la Toscana en Italia en 1926. Sordo desde siempre, el boxeo no parecía una de las opciones para que D'Agata le dedicara su vida; sin embargo, todo cambio a la edad de 18 cuando asistió a un combate que le hizo querer practicarlo.
Tras seis años en práctica, y varios combates amateur, D'Agata solicitó una licencia profesional, un hecho sin precedentes, pues ningún sordo se había animado. La Federación Italiana de Boxeo (FPI) se la negó, porque el púgil era incapaz de escuchar la campana de inicio y final del combate.
Ese "no" por la FPI no lo hizo darse por vencido y gracias a Amintore Fanfani -diputado democristiano- y una petición firmada por miles de ciudadanos de su natal Arenzzo, D'Agata pudo conseguir su licencia de boxeador profesional. Debutó con victoria a los 24 años ante Giuseppe Salardi en Siena.
En aquella época las divisiones del boxeo eran ocho y con un campeón por cada una, por lo que una oportunidad de un título mundial era un camino largo. D'Agata dio su primer paso hacia un cetro mundial en la categoría de peso gallo, obtuvo el campeonato nacional en 1953 cuando venció por descalificación a Gianni Zuddas.
Nueve victorias en 11 presentaciones hicieron que el comité de la Asociación Nacional de Boxeo (precursora de la Asociación Mundial) lo agendaran para enfrentarse al mexicano Raúl Ratón Macías por el título gallo, el cual estaba vacante.
Cuando la vida parecía sonreírle a D'Agata, a menos de un mes de su encuentro contra El Ratón Macías, una visita a una lavandería -de la cual su familia era copropietaria- y una deuda de dos millones de liras complicaron la carrera del boxeador toscano.
Una discusión con Giovanni Petitto, el otro copropietario de la lavandería, por una venta de unas lavadoras fue escalando. El siciliano de 59 años sacó un revolver y apuntó hacia la familia del púgil, su disparo falló. Mario consiguió quitarle el arma tras un forcejeo; sin embargo, el anciano en un arranque de ira buscó un rifle y le disparó al boxeador en el pecho.
Mario D'Agata, que se encontraba a las puertas de una oportunidad mayúscula en su carrera, fue trasladado de urgencia a un hospital para que le extrajeran los perdigones de su pulmón izquierdo. Tras unos días internado le dieron una noticia que parecía poner fin a su carrera. Tres meses de recuperación y descartar de lleno el boxeo fueron los pronósticos en el nosocomio; sin embargo, el púgil sorpresivamente superó las expectativas y se volvió a subir a los encordados.
Mariolino, como era apodado, volvió al ring el 25 de mayo noqueando a Arthur Emboule en ocho rounds. Tras 13 victorias consecutivas consiguió un título europeo y se volvió a poner a puertas de un campeonato mundial.
Robert Cohen sería su rival a vencer por el título mundial, en 1954 ambos se habían enfrentado siendo D'Agata el perdedor por puntos, y el Estadio Olímpico de Roma sería el escenario para la pelea más importante en la carrera de Mario.
D'Agata recibió severos golpes en su cuerpo; no obstante, hizo sangrar a Cohen de la ceja y lo mandó a la lona en el sexto capítulo, aunque el entonces campeón fue salvado por la campana. La victoria para el toscano vendría cuando su rival no se reincorporó para el séptimo asalto.
Una enorme ovación, que D'Agata no podía oír, fue lo que estalló en el Estadio Olímpico de Roma tras la victoria del toscano. Aunque incapaz de escuchar al público, Mario respondió con besos al aire.
El púgil toscano perdió su corona nueve meses después ante Alphonse Halimi por puntos. Tras esa sufrida derrota, D'Agata no tuvo otra oportunidad de ser campeón mundial, aunque llegó a recuperar el título europeo. El púgil se retiró en 1962 y murió en 2009 en Florencia a la edad de 82.
EML