Tras dos años de incertidumbre, parece que todo se normaliza en la Ciudad de México, que vuelve a recuperar esa etiqueta de capital de los grandes eventos deportivos internacionales. Ayer se confirmó lo que desde hace tiempo se hablaba a voces: las Grandes Ligas celebrarán sus primeros juegos de temporada regular en la capital con dos compromisos protagonizados por los Padres de San Diego y los Gigantes de San Francisco, que se verán las caras en el estadio Alfredo Harp Helú el sábado 29 y domingo 30 de abril de 2023, como parte del tour internacional de MLB, con juegos planeados en Francia, Inglaterra y Japón.
“Hay una base leal y apasionada de aficionados, empezando por el presidente, Andrés Manuel López Obrador. Es un honor que estén en México por su historia, triunfos y su conexión con México”, reconoció Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, durante la presentación.
Tras el éxito de las series celebradas en Monterrey (1996, 1999, 2018 y 2019), la oficina de MLB apuesta al centro del país, con lo que ya son cuatro eventos internacionales que se celebrarán en un lapso de seis meses: el Gran Premio de la Ciudad de México de Fórmula 1 el 30 de octubre; la NFL volverá al estadio Azteca el 21 de noviembre con el partido entre los 49ers de San Francisco y los Cardenales de Arizona; la NBA con el Heat de Miami y los Spurs de San Antonio, el 17 de diciembre en la Arena Ciudad de México, y luego tocará turno para el beisbol de Grandes Ligas.
El invitado recurrente
Las Grandes Ligas redondearán una etapa emocionante del deporte en nuestro país. Y para esta gran expedición, lo harán de la mano de un equipo con experiencia en juegos internacionales: los Padres de San Diego.
Los fronterizos han disputado siete juegos de temporada regular en Monterrey, tres en 1996, cuando lograron dos triunfos ante los Mets de Nueva York (Fernando Valenzuela se llevó la decisión en el primer juego); cayeron ante Vinny Castilla y los Rockies de Colorado en 1999 y le ganaron la serie 2-1 a los Dodgers de Los Ángeles en 2018, con actividad de los mexicanos Christian Villanueva (Padres) y Alex Verdugo (Dodgers).
En cuanto a Alfredo Harp Helú, no solo es propietario de los Diablos Rojos del México –y del estadio donde jugarán Padres y Gigantes– sino que también es accionista del equipo de San Diego desde 2012, cuando el empresario Peter O’Malley (ex dueño de los Dodgers de Los Ángeles entre 1979 y 1988) lo invitó a unirse al grupo de socios que hizo junto a su sobrino Peter Seidler y Ron Fowler, entre otros, para comprarle el equipo a John Moores. Harp Helú aportó 80 millones de dólares y posee el 10 por ciento de las acciones.
“Somos afortunados de tener una base leal y apasionada de aficionados en México, y será un honor mostrar a nuestro equipo en la capital de México en el hermoso parque de pelota que construyó y nombrado en honor al dueño minoritario de los Padres, Alfredo Harp Helú”, dijo Erik Greupner, CEO de Padres, ayer.
El factor nacional
Siempre genera emoción ver a un compatriota en los primeros planos deportivos. Al momento, el único pelotero mexicano que se perfila para ver actividad en dicha serie es Luis González, jardinero sonorense de 26 años que ha encontrado solidez en San Francisco.
El zurdo lleva 82 juegos, en los que ha tomado el bate 264 veces, con 67 hits, 28 carreras anotadas, 33 impulsadas, cuatro jonrones y .252 de promedio de bateo.
San Francisco jamás ha disputado juegos fuera de Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico, por lo que quiere aprovechar esta oportunidad. “Esperamos llevar la rivalidad entre Gigantes y Padres a una base de apasionados aficionados a los deportes, será una gran oportunidad de presentar al equipo a una audiencia internacional y desarrollar nuevos aficionados en México”, comentó Larry Baer, CEO del equipo.
Con Fórmula 1, NFL, NBA y MLB en los próximos meses, los aficionados de las competencias extranjeras quedarán más que complacidos con todo lo que se viene en la capital del deporte.