San Miguel de Allende tiene razones para sonreír. Emilio González, el joven golfista guanajuatense, firmó un arranque sólido en el World Wide Technology Championship y se colocó como el mejor mexicano —y el mejor latino— al cierre de la primera ronda, empatado en el lugar 14 junto a otros seis jugadores.
"Fue un día muy bueno de trabajo", resumió con serenidad. Su tono, más que eufórico, fue de quien entiende que en el golf las victorias no se gritan: se construyen. "Estoy muy contento, satisfecho con mi día. En la tarde se levantó un poquito el viento, pero el campo está en muy buenas condiciones, y con buenos tiros te recompensa".
González habló con la madurez de quien ha aprendido a no dejarse arrastrar por la ansiedad ni por la euforia: "Las expectativas intento hacerlas un poco a un lado. Afortunadamente cumplí todas mis metas del día, que eran muy personales. Es un buen arranque, y así hay que verlo. El proceso para mañana empieza desde ahorita".
Su discurso tiene algo de método y de calma interior. No es casualidad: "He intentado estar más nivelado con mis emociones, y eso ayuda mucho. Trabajo con un psicólogo deportivo en Estados Unidos, pero sólo eso. Me enfoco en el presente, en lo que puedo controlar".
González, quien ya había participado el año pasado en el torneo, reconoce que aquella experiencia fue una lección: "Fue una experiencia en la cual aprendí mucho. Este año llego más preparado, más tranquilo y con muchas ganas de hacerlo bien".
Sin promesas grandilocuentes ni frases de escaparate, el mexicano dejó claro su enfoque: disciplina, equilibrio y humildad. Un arranque firme que lo coloca en el mapa, pero sobre todo, en el camino correcto.
RGS