"Chin... usted a su madre, pin... viejo pendejo": La mentada de Chávez a Zedillo

La Leyenda del boxeo reaccionó así contra el ex presidente de México por el problema de Hacienda que tuvo en su gestión, uno de los motivos por el cual pensó en el suicidio.

Julio César Chávez y Ernesto Zedillo (Imago7 / Archivo)
Ciudad de México /

La vida de un campeón mundial en el boxeo no siempre es sencilla, pues para llegar hasta la cima hay que trabajar y ser constante para poder lograrlo; pese a ello, los problemas pueden aparecer junto con la fama.

Una de las personas que tuvo varios pasajes grises en su gran trayectoria es Julio César Chávez, legendario boxeador mexicano, quien con su fama mundial comenzó a tener algunos excesos que mancharon un poco su carrera, pero hubo un punto en el que todo se le junto al grado de pensar en el suicidio.

Chávez intentó quitarse la vida

Hace más de una década, los problemas no dejaron al César del boxeo, pues no solo las adicciones lo volvían 'loco', sino que también había sido demandado por su ex esposa Amalia Carrasco por supuesta agresión física, aunado a esto Don King también presentó una demanda en su contra, así como un problema con Hacienda.

“La adicciones, la demanda de Don King, el problema de Hacienda, la demanda de mi ex esposa, ese fue el día que me quise quitar la vida; eso fue lo que me dolió mucho, cuando dijo que yo le pegaba que era un drogadicto, la verdad que no (le pegué), ella estuvo bien asesorada por una abogada, después me pidió perdón”, declaró Chávez González en entrevista con Yordi Rosado.


Una de las cosas que más le dolieron, fueron las declaraciones de su ex pareja a un periódico, pues asegura que nunca la golpeó.

“Yo nunca le pegué a mi señora, si yo le hubiera pegado a mi señora, la mató, un día la jalé de las greñas, pero un golpe nunca se lo di. Me dolió mucho eso cuando sacó eso en el periódico, por eso la gente le quería quemar su casa, no la podían ver”.

La Leyenda del boxeo mencionó que el problema con Hacienda fue por 100 mil dólares que nunca recibió y que era tema del abogado, quien se llevó todo ese dinero; por ello tuvo que pagar 7 millones de dólares, además de tener una orden de aprehensión en su contra.

“Tuve la demanda de mi señora, se me vino la demanda de Don King al mismo tiempo, porque lo dejé, tuve la demanda de Hacienda por 100 mil dólares que yo nunca recibí, 100 dólares que se dieron cuenta perfectamente cómo el abogado lo iba sacando y se lo fue llevando, pero en ese entonces el que pagaba era uno, no el abogado, ahora el abogado es quien se chinga. Tuve que pagar 7 millones de dólares por 100 mil dólares que yo nunca recibí y me quisieron meter a la cárcel, que fue un teatro nada más, porque ni siquiera me iban a meter a la cárcel, nada más por estarme chingando”.

La mentada a un ex presidente de México

Luego de esos problemas, Julio César Chávez recuerda que vio al entonces presidente de México, Ernesto Zedillo, personaje que quería tomarse una foto con él durante una de sus pelea, pero lo único que pensó en rechazarlo, ya que en su época huno una 'persecución' con los amigos de Carlos Salinas de Gortari, con quien mantiene una gran amistada.

“Después vi a Zedillo en una función de box y se quiso tomar una foto y le dije ‘ve y chingue usted a su madre, pinche viejo pendejo’, la agarró contra mí, sabía perfectamente que todo lo que olía a Salinas de Gortari se los chingaban ellos, como sabían que yo me llevaba bien con Salinas de Gortari, por 100 mil dólares que yo nunca recibí”.

¿Cómo intentó suicidarse?

Chávez contó con Yordi cómo intentó quitarse la vida cuando se le juntaron todos estos problemas, aunado al estado en el que se encontraba (tres días drogado).

“Cuando se me vienen todos esos problemas yo quise quitarme la vida, tenía tres días drogándome estaba triste y deprimido de lo que me había pasado, además tenía mi codo casi podrido, no recuerdo por qué, el caso es que el hueso se me estaba pudriendo y me tenían que operar, pero como no dejaba de tomar y drogar pues se me comenzaba a gangrenar”.

Julio César platicó que tomó una pistola, encerró a sus trabajadores, se dirigió a la alberca que tenía en su mansión y al jalar tres veces el gatillo, llegó su cuñado para salvarlo de que se diera un balazo en la cabeza.

“Chingue su madre, yo ya no quiero vivir, agarro la pistola, encierro a todos mis trabajadores, me salgo a la alberca, volteo al cielo con lágrimas en los ojos, agarro la pistola, le jalo una vez y no sale el tiro, le jalo otra vez y no sale, a la tercera le jalo, al tiempo que jalo, mi cuñado no sé por dónde se mete el cabrón y le dio cerca de la cabeza. Ese día, mi cuñado me quita la pistola, recuerdo que me hinque, mire al cielo, no es broma y miré la silueta de Dios”.


ZZM

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