México es uno de los países del mundo más digitalizado, sobre todo observando el uso que hace la ciudadanía de internet. Según estudios recientes, como los que elaboran empresas especializadas en redes privadas virtuales, los mexicanos pasan, de media, 39 años y 11 meses de sus vidas en línea. Esto es prácticamente la mitad del tiempo y, si se analiza a lo largo de la semana, el registro sale a 89 horas, lo equivalente a casi cuatro días enteros sin tener en cuenta los momentos de descanso.
No es de extrañar, pues, que se considere al país como uno de los de Latinoamérica que más usa el campo virtual, seguido de Brasil y Argentina. De hecho, un cuarto del cómputo global de horas semanales se destina a trabajar: aproximadamente 21 de las 89. El resto, cerca de 68, se pueden catalogar de actividades de ocio y pasatiempos. Y es en este último punto donde pondremos el foco del artículo, analizando aquellas más demandadas y sus tendencias en los últimos tiempos.
Contenidos audiovisuales, redes sociales y videojuegos
El consumo de internet en territorio mexicano se puede resumir, a grandes rasgos, en los contenidos audiovisuales, las redes sociales y los videojuegos. De las tres, la práctica que más tiempo ocupa en la agenda de la población es la visualización de series y películas a través de las plataformas de streaming más conocidas: Netflix, Claro Video o HBO. Ocupan muchas horas a lo largo de la semana, alrededor de 12, y se ofrecen en cualquier dispositivo inteligente y en tan solo un clic siempre que se cuente con un plan de suscripción.
Prácticamente empatados en primera posición, con
millones de personas registradas y con cuenta activa, destaca todo un clásico: las redes sociales. Aunque sus contenidos no están limitados a un tiempo de duración, a diferencia de los filmes o los episodios de una serie, ocupan mucho tiempo de una jornada. Además, existe una gran variedad entre las más populares como son Instagram, para fotografías; TikTok, para videos cortos; y Facebook, considerada como una de las redes sociales más completas, por la combinación de imágenes, vídeos y textos.
El consumo de vídeos en su esencia, a pesar de la irrupción de las plataformas de streaming y las redes sociales, sigue estando a la orden del día. El portal YouTube es una de las webs más visitadas en el país, mientras que han ido creciendo en interés aquellas que hacen una apuesta en firme por la emisión en vivo y en directo, como es el caso de Twitch. En total, más de diez horas semanales dedican a ver contenidos audiovisuales los internautas mexicanos, más allá de otras plataformas que también los ofrecen.
Abandonando los vídeos, aunque siguiendo dentro de los clásicos pasatiempos, está el consumo musical. Este ha cambiado radicalmente en los últimos tiempos. La compra de CD y las descargas ilegales han dado paso a plataformas que, de forma gratuita con anuncios o de pago, ofrecen miles de canciones y pódcast a los usuarios. La dedicación horaria que acaparan Spotify, Apple Music y compañía se ubica en un rango de entre las ocho horas y media y las nueve en total.
Y no podíamos olvidarnos del juego, que también ha vivido grandes cambios en los últimos años. Las partidas de videoconsola han pasado a ser en línea y a conectarse con otros usuarios con los que pasar el tiempo. Esto ha impulsado los ahora conocidos como deportes electrónicos, campeonatos realizados por profesionales de un título concreto; y ha añadido un plus a la experiencia. Se calcula que prácticamente cinco horas semanales se dedican al juego en general, no solo a aquel de videoconsolas.
Del mismo modo, los juegos de tragamonedas han llegado a las pantallas con mucha fuerza desde hace más de dos décadas. Además de adaptar una actividad clásica de ocio a los dispositivos inteligentes, crearon una propia categoría de pasatiempo como son los videoslots, con un gran abanico de ambientaciones y funciones únicas. De esta forma, una de las ofertas con mayor demanda de los salones de juegos físicos de antaño está siempre disponible y abierta para todos los usuarios que lo deseen practicar.
Y terminamos con otra práctica categorizada de entretenimiento, aunque también podría ser académica o de formación: las clases y tutoriales en línea. Hace un lustro que fueron apareciendo en nuestras vidas con total normalidad y ahora ofrecen a los internautas informaciones valiosas de temáticas concretas que pueden llevar a cabo en su día a día. Estamos hablando, para ejemplificar con casos concretos, de recetas de cocina, gestión de redes sociales o la mejora de la práctica fotográfica.
Actividades habituales desmarcadas del ocio
Fuera del campo del entretenimiento también hay un amplio abanico de acciones que ocupan bastante tiempo a lo largo de la semana. Una de las más populares son las compras online, una de las industrias que más han crecido y evolucionado desde la consolidación de internet en los hogares. Esta es totalmente necesaria para algunas familias, ya sea por los productos diarios, la falta de tiempo o la búsqueda de las mejores ofertas. Sea como sea, ha cambiado la mentalidad de muchos en el momento de tener que acudir a las tiendas.
En un escalón parecido, tanto por necesidad como disposición horaria, están los trámites con la administración. Estos han pasado de ser físicos en los espacios públicos a digitalizarse por completo. Muchas de las consultas o peticiones que realizar ahora se dan de forma única en el campo online, rellenando un formulario o poniéndose en contacto directamente con los trabajadores vía chat o correo electrónico. No solamente las empresas privadas han llevado sus servicios de lleno a internet, sino también las públicas.
Por último, a destacar un clásico debido a la migración y movimiento de personas. Estamos hablando de las videollamadas, que permiten conectar con familiares y amigos en pocos segundos, siempre que ambas partes cuenten con un dispositivo inteligente e internet. De este modo, da la sensación de que se reduce la distancia física con el interlocutor y se personaliza la comunicación. Son varias las aplicaciones que se han hecho un hueco en este campo de la comunicación bidireccional, con plataformas con miles de usuarios y posibilidades como Hangouts o Zoom Meeting.