El documental de Michael Jordan y los Chicago Bulls, The Last Dance, ha tenido un éxito rotundo en Netflix; y a pesar de triunfar en esta serie, algo no ha podido lograr el ex basquetbolista, y es el poder vender su mansión.
Aunque parezca que es una misión casi imposible de cumplir, Jordan sigue insistiendo en dar su propiedad que ha tratado de vender desde hace ocho años, y esto se debe a que la mansión ubicada en Highland Park, Illinois, pues está adaptada para el ex NBA.
La propiedad tiene una extensión de 18 kilómetros cuadrados, tiene como característica única y principal todos los números y logos de los equipos por los que ha estado el propietario de la quinteta de Charlotte Hornets.
Asimismo, para toda persona que tuvo y tiene un poder adquisitivo mayor a lo habitual, Jordan construyó 19 baños, una enorme piscina, nueve suites, un campo de golf, un gimnasio y una cancha de basquetbol totalmente personalizada.
Lo que fuera su hogar, también cuenta con un salón exclusivo para fumar puros adaptado para que no llegue el aroma a otras partes de la casa. Al igual, también construyó una bodega, una sala para tocar el piano y el clásico salón de juegos.
Esta casa llegó a costar en un inicio 29 millones de euros, pero con el paso del tiempo tuvo que reducir su costo para ver si llegaba algún interesado.
Michael Jordan tiene la esperanza que tras el éxito de The Last Dance pueda, por fin, vender su mansión de ensueño, para disfrutar de una vida más tranquila.
ZZM