Es la gran encrucijada de la vida para muchos deportistas. Roger Federer no fue la excepción, pero hubo un momento en que tuvo que decidir si ser futbolista o tenista. La afición al deporte blanco agradece la elección que tomó, pues el tenis no sería lo mismo sin la figura del suizo que anunció su retiro este año.
En más de una entrevista lo explica. Cada que llegaba la derrota en el futbol había frustración, el balón llegaba a la red y era gol para el oponente, él no había tenido responsabilidad sobre eso “En el tenis sentí que todo estaba bajo mi control. Fue muy fácil si somos honestos, era exitoso en el futbol, pero no va al ritmo que va el tenis, el futbol toma muchos años.”
“En el tenis me gusta que yo soy el culpable. En el futbol era el mal perdedor, algunas veces no podía creer que hayamos perdido, no es justo. Necesitaba culparme a mi mismo. En el futbol podía culpar al portero o cualquier otro. Después por su puesto elegí el tenis. Mientras más perdía más lloraba.” confiesa el ganador de 20 Grand Slams.
Pero abandonar el futbol para perseguir una carrera profesional no significa que Su Majestad dejó de amar este deporte. Es fiel aficionado al Basilea de su ciudad natal, llegó a jugar de delantero en las inferiores, soñaba con ganar la Champions League y una vez que se decantó por el tenis su pasión afloró.
Federer incluso le escribió una carta de su puño y letra al club de sus amores en su aniversario 125 en 2018 “El Basilea ha sido mi equipo favorito desde que era niño y lo sigue siendo hoy. Hace como 25 años fui al estadio, sentándome en el lado izquierdo de la tribuna donde había menos gente. Cuando estaba cerca del tenis, no podía estar muy presente…”
JR