La Fórmula 1 debía tener una importante revolución tecnológica en 2021 con un nuevo reglamento técnico que tenía como objetivo unos monoplazas más veloces, pero también tratar de terminar con el dominio de Mercedes.
La pandemia por covid-19 arruinó estos planes ante la difícil situación económica por la que pasaron las escuderías por lo que se decidió mantener los coches de 2020, pero con algunas modificaciones técnicas.
PARTE TRASERA DE LOS MONOPLAZAS
El cambio más importante se presentó en la parte trasera del coche, recortando el piso del monoplaza y realizando ajustes en los elementos aerodinámicos con el objetivo de reducir un 10 por ciento la carga aerodinámica que se ejercía sobre esa zona del vehículo y que, durante los entrenamientos que la llantera Pirelli realizó en 2020, afectaban la vida de sus neumáticos.
En resumen, se trata de un menor esfuerzo en la zona que comprende desde la cubierta del motor hasta el alerón trasero para salvaguardar la vida de las llantas que presentan una construcción diferente para este año buscando que sean menos predecibles que las anteriores.
EL PESO Y EL MOTOR
Otra de las medidas que se tomó también fueron modificaciones a los pesos de los coches y componentes del mismo. El monoplaza estará ahora en 749 kilogramos.
En el motor hay modificaciones como la reducción de los modos de conducción.
Por último, se prohíben las copias de otros coches como sucedió en 2020 con Racing Point y Mercedes.
Para evitar una situación similar, la Federación Internacional de Automovilismo fue más meticuloso en la lista de partes enumeradas, piezas que cada equipo debe fabricar de forma independiente y que no pueden comprar o copiar de otro equipo directamente.
EL LÍMITE DE GASTOS
Por años, la Fórmula 1 era vista como un mundo irreal en el que se gastaban sumas multimillonarias para construir las máquinas más rápidas y tecnológicas del mundo, pero las crisis financieras fueron golpeando a la parrilla.
El covid-19 evidenció aún más que los altos niveles de gastos, superiores en algunos casos a los 400 millones de dólares, no serían sostenibles para el futuro. Haas admitió casi al final de la temporada que estuvo a punto de no completar la campaña por problemas presupuestarios mientras que la tradicional casa Williams no soportó el cierre y la familia del mismo apellido tuvo que vender la segunda escudería más exitosa de toda la historia de la categoría. McLaren despidió y otorgó licencias a personal, además de recorte salarial.
Ante este panorama, la idea del tope de presupuesto, ya discutida desde 2019, aumentó al grado de acordar un límite de 145 millones de dólares para 2021, una cifra que se irá reduciendo en los próximos dos años.