La violencia se hizo presente en la final de vuelta de la Copa Libertadores cuando un grupo de hinchas de River Plate atacó el micro de Boca Juniors cuando llegaba al Monumental.
Un ataque que dejó cuatro ventanas rotas y algunos jugadores con heridas de vidrios en los ojos, como Pablo Pérez y Gonzalo Lamardo, hospitalizados.
El chofer de la unidad contó a ESPN todo lo sucedido en su llegada al estadio, incluso señaló que el vicepresidente del club Xeneize llegó a tomar el volante.
"Agarró el control del micro (Horacio) Paolini hasta que yo reaccioné de vuelta y traté de hacer lo posible para traer a los muchachos acá. Pudo haber sido una tragedia. Me acuerdo cuando vi las piedras, después no me acuerdo nada”, relató el conductor. “Reacciono de vuelta, manoteo el volante fuerte y digo 'estoy bien'. Fue un momento que me quedé sin aire. Lo peor fue en las calles Quinteros y Libertador, ahí fue el ataque masivo. Después, cuando pasamos la rotonda parecía que nos esperaba un ejército. Para mí la zona estaba liberada, veníamos a un partido de futbol no a la guerra".
La final de vuelta se pospuso para el domingo 25 de noviembre a las 14:00 horas, tiempo del centro de México.