Hace tres años, París vivió uno de los ataques terroristas más mortíferos en Europa, el cual mató a 130 personas y dejó más de 350 heridos, pues se perpetró en varios puntos de la capital francesa incluyendo el Stade de France, que aquel 13 de noviembre del 2015 celebrara un partido amistoso entre Francia y Alemania.
En aquel duelo se encontraba en el estadio el entonces presidente del país galo, Francois Hollande, que escuchó y vivió en carne propia las detonaciones que se registraron justo a las afueras del inmueble, y que según el documental ’13 de noviembre’, tenían como objetivo de los kamikazes las gradas repletas del emblemático estadio.
En las imágenes recogidas de aquel día, se escuchan las explosiones en la transmisión del partido, causando confusión entre los jugadores y que obligaron a la suspensión del juego, donde los aficionados decidieron resguardarse en el terreno de juego ante la confusión y el caos.
Francia rindió un homenaje este martes a las víctimas de los atentados con una procesión entre los seis lugares atacados por los yihadistas.
Los sobrevivientes y las familias de las víctimas aguardan la apertura de un juicio, que podría celebrarse en 2020. En el banquillo de los acusados estarán los miembros del grupo que participó en la preparación de los ataques y el único atacante que sobrevivió, Salah Abdeslam, que se encuentra detenido en la cárcel de Fleury-Mérogis, al sur de París.
Abdeslam transportó a los tres kamikazes del Estadio de Francia. Abandonó un cinturón de explosivos antes de huir a Bélgica, por lo que los investigadores piensan que tenía intenciones de hacerse estallar pero desistió a hacerlo por motivos que se desconocen.