El reto de Osorio con la selección de Paraguay

Al frente del combinado guaraní, el ex estratega del Tri deberá realizar una reestructura categórica; enfrentará más adversidades futbolísticas, para llegar a la Copa del Mundo

Juan Carlos Osorio, director técnico de Paraguay (Imago7)
Ruben Guerrero
Ciudad de México /

El diferir con las alineaciones, convocatorias y rotaciones constantes de Juan Carlos Osorio en la selección mexicana se convirtió en un ejercicio de repetición para afición y prensa. Durante los más de dos años que el estratega colombiano permaneció al frente del tricolor, cada que se hacía pública una lista del cuadro nacional, redes sociales y hasta programas especializados se inundaban con reflexiones negativas para el director técnico; ni qué decir con la mayoría de las exhibiciones de sus dirigidos. Basta con mencionar la histórica goleada que Chile le propinó con un 7-0 de por medio. 

Su gestión al frente del cuadro mexicano terminó en medio de la polémica, de conclusiones y versiones que le daban peso también, a razones de hartazgo y hasta extra cancha, para que Osorio declinara seguir con el tricolor. Ayer, el mismo día que la Femexfut hizo oficial el interinato de Ricardo Ferretti por lo que resta del 2018, la Asociación Paraguaya de Futbol volvió a hacer noticia a Osorio, oficializándolo como su entrenador, por los siguientes cuatro años. La intención es simple, pero de igual forma muy compleja: conseguir con los guaraníes el pase a la Copa del Mundo del 2022. 

Y sí, si Osorio creía que el panorama en México era complejo, con todas las obligaciones comerciales, los largos viajes obligatorios a Estados Unidos, para los partidos amistosos y hasta el poco respaldo del entorno, en Paraguay, al menos en lo que respecta a lo futbolístico, tendrá mayores obligaciones y complejidades. Juan Carlos tendrá, como arranque, que preparar al equipo que disputará la Copa América en Brasil 2019; de igual forma, tendrá que ir depurando a la actual camada, para, como el tricolor, realizar el recambio generacional con éxito. 

EL ESCENARIO 

Ausente de las más recientes dos Copas del Mundo, en Brasil y Rusia, Juan Carlos Osorio y Paraguay tendrán que reiniciar su camino en la cancha, para afianzar la idea de un entrenador de conceptos complejos, pero que a largo plazo puede dar resultados favorables. Desde Francia 98' y hasta Sudáfrica 2010, los guaraníes se convirtieron en infaltables de las grandes justas, pero la inestabilidad de proyectos y en el banquillo, cambió el destino de su rumbo. De hecho, a lo largo de los últimos 20 años, solo Venezuela supera a los rojiblancos en cuanto a rotación de entrenadores, con 15 nombramientos. 

Recuperar el prestigio perdido de una escuadra como la paraguaya no será fácil. Delante de los guaraníes se encuentran, tan solo en su confederación, Argentina, Brasil, Colombia y por algunos lapsos, hasta Perú y Chile; dentro de las primeras obligaciones de Osorio estará el reconstruir la esperanza de una afición que dejó de ver un futbol efectivo con las partidas de Marcelo Bielsa y Gerardo Martino, en años cercanos. Cumplir con la expectativa y enfrentarse a verdaderos sinodales de peligro, algo distinto a lo ocurrido en la Concacaf. Por allá, sobran los nombres propios: Messi, James, Neymar, entre otros. 

LOS PENDIENTES 

Existen dos torneos en la mira inmediata de la selección paraguaya, por ende, en la incumbencia de Juan Carlos Osorio. La Copa América del 2019, a llevarse a cabo en Brasil, será la principal meta para sus primeros meses en el equipo; desde la versión del 2011, los guaraníes no figuran en los planos estelares de esta competición, cuando llegaron a la Final y sucumbieron ante Uruguay. Aunque todavía no conocen a sus rivales de grupo, los rojiblancos parten, de nuevo, como uno de los equipos a vencer en la contienda, que por cierto tendrá como invitados a Catar y Japón. 

LA GENERACIÓN 

Durante varios años, lo que menos falta le hizo a la selección paraguaya fueron referentes, íconos y hasta ídolos para su afición. Hoy, el panorama es un poco más desolador, si bien las referencias de hombres que dejaron huella como Roque Santa Cruz, Darío Verón y Salvador Cabañas sirvieron para acuñar a generaciones venideras, la realidad es que en la actualidad son escasas las individualidades que podrían sostener el futuro venidero de los rojiblancos. Juan Carlos Osorio deberá echar mano de promesas en distintas posiciones como Antonio Sanabria, delantero del Betis y Junior Alonso, zaguero del Lille.

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