Reconocido como un excepcional defensa y líder de la zaga, el chileno Elías Figueroa es una destacada figura del futbol de su país, pues para la mayoría es considerado el mejor jugador en toda la historia de su nación, gracias a haber disputado tres Copas de Mundo y a una de ellas lo hizo con una curiosas condición.
Originario de Valparaíso, “la muralla roja”, como fue apodado por su ímpetu al momento de defender y su eficacia para lo mismo, nació el 25 de octubre de 1946, pero desde su infancia presentó problemas de salud que en más de una ocasión pudieron en duda la posibilidad de jugar futbol.
Desde niño, el andino sufrió de afecciones cardiacas y asmáticas, motivo por el cual tuvo que mudarse a Quilpué, una comuna muy cerca de su lugar de nacimiento. Con 11 años, padeció de poliomielitis durante varios meses, no obstante, logró sobreponerse a todas sus enfermedades e iniciar su carrera futbolística.
Pese sus condiciones de salud, las cuales terminó superando, con tan solo 15 años se unió al Santiago Wanderers, club del que se volvió leyenda, al grado de que hoy su nombre lo lleva el estadio del equipo. Con esa misma edad, Figueroa tuvo su primera gran experiencia en el balompié, un partido que fue un ante y un después en su carrera.
La selección brasileña, liderada por figuras como el mismo Pelé, disputó un partido amistoso de preparación para la Copa del Mundo de 1982 con el cuadro chile, el cual tuvo en su cuadro al joven defensor, que impresionó a los campeones del mundo con su calidad y 1.88 metros de estatura.
Aunque tuvo un roce con los monarcas mundiales, Elías, quien para los 15 años ya se había casado, aún debutaba en la Primera División chilena, acontecimiento que sucedió hasta abril de 1964, pero lo hizo con Unión La Calera.
Ese fue el comienzo de una prolífica carrera que pasó por grandes clubes sudamericanos dejando huella en Peñarol de Uruguay y el Internacional de Porto Alegre para conquistar Brasil. En su país jugó también en Palestino y el histórico Colo-Colo.
El primer futbolista en jugar un Mundial siendo abuelo
Gracias a su liderazgo y cualidades dentro del campo, Elías Figueroa no tardó en ser llamado al llamado de la selección chilena, pues un año después de su debut en Primer División, en 1965, hizo su presentación con la escuadra nacional.
Fue en un partido amistoso entre La Roja y Vélez Sarsfield que el “Iluminado” jugó su primer juego defendiendo la casaca de su nación. A partir de ese momento, pasó a ser un seleccionado recurrente hasta convertirse en figura de los andinos, pues en 1966 acució a su primera Copa del Mundo.
En Inglaterra 1966, el “dueño del área” disputó los tres partidos de la Roja y comenzó a escribir su historia mundialista con su país. Chile no logró su clasificación a los Mundiales de México 1970 Argentina 1978, pero Elías estuvo en otras dos citas internacionales.
Jugó con los andinos en Alemania 1974, pero la Copa que marcó una curiosa huella fue la de España 1982, justa en la que ya era un veterano de 35 años y un futbolista con nietos.
Debido a que contrajo nupcias con apenas 15 años, la vida del zaguero fue algo precoz, por lo que su hija, también se casó muy joven, a los 18 años, como lo relató el mismo.
“(Se casó) A los 15 años y mi hija a los 18. ¡Esto ahora ya no pasa, eh! El mejor título de mi carrera son mis 47 años de matrimonio. Tengo dos hijos y cuatro nietos... y quedo a la espera de que me hagan bisabuelo... Y sí, no conozco otro futbolista que haya jugado siendo abuelo en la historia de los Mundiales. Tal como está el mundo, esa corona es mía para rato”, mencionó en una entrevista.
“En el de España 82 curiosamente, tercero y último en mi carrera pues antes pasé por Inglaterra 66 y Alemania 74. Tenía 35 años. Jugué siendo abuelo en España 82, debo de ser un caso único”, señaló el histórico defensa.
MGC