Inglaterra devolvió a España el golpe que recibió el pasado septiembre en Wembley en la primera jornada de la Liga de Naciones y se impuso 2-3 este jueves en el Benito Villamarín de Sevilla, lo que supone el primer traspié de Luis Enrique con la Roja.
A la cuarta ocasión llegó la primera derrota del técnico asturiano, que aún deberá luchar por el pase a la fase final de este torneo y que mete de lleno en la pelea a Inglaterra, que en Sevilla sorprendió a la contra en la primera mitad y que en la segunda supo mantener con orden la renta del 0-3 lograda en los primeros 45 minutos.
De entrada, se temió por las condiciones del terreno de juego debido a la tromba de agua que cayó horas antes del encuentro en un día más parecido al del clima londinense que al sevillano, pero la noche se despejó y el césped del Benito Villamarín aguantó en buen estado.
Luis Enrique hizo muchos cambios, como era presumible, en comparación al partido de la pasada semana en Gales y en Sevilla volvieron al campo jugadores que ya participaron en Wembley en el primer capítulo de este torneo (1-2), el de su debut como seleccionador.
Con las ausencias por lesión de futbolistas como los madridistas Carvajal e Isco, volvieron al once otros como el también madridista Nacho, el lateral del Chelsea inglés Marcos Alonso o el barcelonista Sergio Busquets.
Sí apostó para el lateral derecho por Jonny Otto, jugador del Atlético de Madrid cedido al Wanderes y que era una de las novedades en esta segunda convocatoria del técnico español, quien también despejó la duda en la delantera entre Paco Alcácer y Iago Aspas en favor del segundo.
El seleccionador inglés, Gareth Southgate, dispuso un once previsible debido a varias ausencias por lesiones o sanciones y con el que quiso disputarle el balón a España porque, después de perder como local ante los de Luis Enrique y no pasar del empate a cero en Croacia, la derrota e incluso el empate le dejaba sin opciones de clasificación para la siguiente fase.
La salida del combinado español fue potente y atosigó la meta defendida por Jordan Pickford, quien incluso salvó con su cuerpo un primer tanto local, pero Inglaterra no se descentró ante el ímpetu hispano y en su nueva filosofía empezó a ganarle metros al terreno y a dejarse ver cerca de David de Gea.
Fue el goleador inglés, Harry Kane, el que en esta ocasión hizo de pasador en una rápida contra y mandó un preciso centro en diagonal que no desaprovechó el futbolista del Manchester City Raheem Sterling.
El 0-1 cumplido el cuarto de hora no hizo más que redoblar las ganas de España, que, sobre todo por la banda izquierda con Marcos Alonso y Asensio y con Thiago Alcántara como director, intentó romper la defensa adversaria.
Pero la historia se repitió al borde de la media hora con una rápida contra iniciada por Pickford desde su meta para que le llegara el balón a Kane y que éste se lo diera otra vez de manera precisa en esta ocasión a Marcus Rashford sin que De Gea pudiera impedir el 0-2.
España acusó este segundo tanto ante una Inglaterra que se encontró muy inspirada cuando recuperó el balón y que hizo daño a la adelantada y poco poblada defensa local, como se demostró ya en la recta final de la primera parte con otro tanto de Sterling que hizo que la grada despidiera con pitos a España a la conclusión del período.
En la segunda parte Luis Enrique salió con los mismos jugadores y con la intención de darle la vuelta a una situación que en la pizarra tenía controlada Southgate.
España se mantuvo imprecisa, previsible y con poco juego por las bandas y pronto llegaron las entradas al campo de Paco Alcácer y Dani Ceballos por Saúl Níguez y Iago Aspas para solucionarlo.
Fue el exbarcelonista y ahora en el Borussia de Dortmund el que, en el primer balón que tocó, logró el tanto español con un remate de cabeza a la salida de un córner, su tercero en esta segunda etapa en la selección y que le confirma en una racha extraordinaria.
Se revolucionó el partido a favor de los españoles, quienes solicitaron un penalti de Pickford a Rodrigo que no consideró el árbitro polaco Szymon Marciniak, pero fue otro dato del empuje ante una Inglaterra que perdió el orden y que ya buscó más que pasara rápido el tiempo.
Álvaro Morata fue el último recurso para potenciar el ataque español, pero Inglaterra ya se cerró descaradamente para evitar que se le fuera un botín que tenía bien ganado y que supo mantener ante un adversario que perdió su intensidad conforme pasaban los minutos.
Sergio Ramos marcó el segundo gol de España en la última jugada del partido, en el séptimo minuto de prolongación.