Javier Aguirre es sinónimo de osadía; el entrenador mexicano vivirá este sábado la segunda gran cita de su carrera en Europa, se juega la final de la Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao, lo hace al frente del modesto Mallorca, un equipo al que le ha dado su sello, ese que ha construido con el paso de los años y que lo han convertido en un referente del futbol mexicano; premio a ese atrevimiento que tuvo en 2002, cuando salió de su zona de confort para emigrar a España.
El Vasco ha sido el entrenador mexicano con más éxito en Europa, un tipo que se mantiene vigente, pasan los años y goza de crédito y reconocimiento. Un estratega al que no se le puede medir por los títulos, sino por la capacidad de gestión en las instituciones en las que ha pasado.
Llame en caso de emergencia
Se le puede considerar una especie de bombero, porque siempre se le ha llamado en casos de urgencia, así fue construyendo su nombre y su prestigio en España. Su aventura europea la inició con Osasuna, con los rojillos el Vasco inició una travesía que se ha mantenido por 20 años, un periplo que tuvo su apogeo cuando fue capaz de llevarlos a competiciones europeas, en el Reino de Navarra comandó al equipo por 177 encuentros.
Después de cuatro años, Javier llamó la atención de un grande de España. Sí, el Atlético de Madrid se convenció de ficharle, porque veían en él un tipo con carácter, un entrenador que podría darles ese toque de arrebato. Con los Colchoneros también fue sembrando cosas y ganando prestigio, siempre manteniendo su personalidad, porque esa no ha cambiado, ha sido fiel a sus ideas desde el primer día. En el viejo Manzanares, Aguirre consumó el regreso del Atleti a la Champions, algo que no había pasado en 12 años. Tras tres años y 131 partidos se fue con el 54 por ciento de efectividad.
Esa etapa de apagafuegos volvió a vivirse con la Selección Mexicana para el Mundial de Sudáfrica 2010, de nuevo salvó la crisis del Tricolor, en la era moderna es el único entrenador que ha estado presente en dos Mundiales con el representativo nacional.
Luego vinieron Zaragoza y Espanyol, ambos con la misma necesidad: salvar la categoría, ambos recurrieron a Javier que tiene un master en ese tipo de situaciones. A los dos los mantuvo en la élite de la Primera División de LaLiga. Su ficha curricular creció de gran manera igual que su prestigio.
El único golpe fuerte que se ha llevado en España fue el descenso con el Leganés, en un partido dramático que se definió en la última jornada, y que dejó una sensación de amargura porque el VAR no revisó una acción que le hubiera podido cambiar el amargo destino.
Pasajes extraños
Vinieron entonces las aventuras exóticas, nuevos desafíos que no salieron tan bien como hubiera deseado, las selecciones de Japón y Egipto, además de una incursión en la Liga Árabe; sí, en eso también ha hecho historia el Vasco, porque no se pone freno, no tiene límites.
Incluso regresó a México, cuando parecía estar en la órbita del América, fue Monterrey el que lo trajo de vuelta, golpe de efecto de Rayados, pero con los de la Sultana del Norte no logró la Liga Mx, eso sí, doblegó a las Águilas en una final de Concachampions y llevó a Rayados al Mundial de Clubes.
A las puertas de la gloria
Entonces apareció el Mallorca, que replicó la fórmula de otros clubes con necesidad de salvarse. Sí, Javier Aguirre lo hizo por enésima vez, logró la permanencia y la renovación de contrato. Y este año ha llegado a la Final de la Copa del Rey, la segunda ocasión en su historia, la primera la perdió con el Betis en el 2005, ahora le toca medirse al Athletic de Bilbao, un equipo del que su familia era aficionada cuando él era pequeño. Javier Aguirre Onaindía, mejor conocido como El Vasco, va por su primer título europeo, sería un justo premio a la osadía que ha tenido desde el 2002 para abrirse paso en los banquillos internacionales.
AVV