La historia del futbol pocas veces nos permite gozar de un gol de un portero en los minutos finales de un partido. Anotaciones que ponen de cabeza a los aficionados del club que logra empatar o ganar un duelo en el último suspiro de un encuentro orquestadas por el futbolista menos pensado sobre el terreno de juego. Así fue como sucedió con el arquero del Vinarós, pero para su infortunio, pasó de héroe a villano en apenas 40 segundos.
El duelo ante el Peñiscola de la Primera Regional de España se definió en el minuto 95, cuando el Vinarós caía por marcador de 1-0, entonces su portero se fue al ataque para el cobro de una falta cerca del área rival, entre los rebotes, el balón quedó en su poder y tras quitarse a un marcador, sacó un disparo colocado a la base del poste y logró el empate sobre la hora. Locura total.
Con unos minutos en el reloj, su equipo pensaba que aún podían darle la vuelta al partido, aunque el empate ya les sabía a triunfo; sin embargo, el futbol requiere concentración máxima hasta el último segundo, y eso fue lo que le faltó al protagonista de este encuentro, que en su emoción, olvidó regresar rápido a su portería y terminaron encajándole un tanto desde media cancha.
Lo que hasta hace unos segundos era emoción desbordada, se convirtió en un cementerio, caras largas y frustración de los jugadoes del Vinarós y alegría del rival, quienes en cuestión de segundos recuperaron la ventaja al marcador.