La Federación de Fútbol de Nigeria (NFF) suspendió durante un año al segundo entrenador del combinado nacional, Salisu Yusuf, después de que se publicase un vídeo en el que éste aceptaba un soborno por valor de 1.000 dólares (863 euros), informan hoy medios locales.
El técnico no podrá llevar a cabo ninguna tarea profesional relacionada con el balompié y deberá pagar una multa de 5.000 dólares (4.315 euros) a la NFF.
Unas grabaciones hechas públicas el pasado 24 de julio muestran a Yusuf, en septiembre de 2017, aceptando el dinero de manos de dos periodistas de incógnitos que se hacían pasar por agentes de futbolistas y le pedían que incluyese a dos jugadores en la lista nacional para un campeonato disputado a principios de este año.
Los dos falsos agentes prometieron a Yusuf obtener un 15 % de los contratos que consiguieran los dos futbolistas, tras lo que el entrenador aseguró que los dos jugadores, Osas Okoro y Rabiu Ali, serían incluidos en la selección para el Campeonato de África de Naciones (CHAN), competición continental restringida a los futbolistas que juegan en las ligas de sus respectivos países.
Según las informaciones, Yusuf percibe un sueldo mensual de 3 millones de nairas (8.330 dólares, 7.120 euros).
El preparador dirigió a Nigeria en el CHAN e iba a ser encargado de llevar las riendas de las "Súper Águilas" en los próximos Juegos Olímpicos, los de Tokio 2020.
Yusuf, uno de los entrenadores más conocidos del país, envió un comunicado a la BBC en el que asegura que no incumplió ninguna regla y afirma que no se comprometió a seleccionar a ningún jugador en concreto.
Asimismo, el técnico indica que la cantidad que recibió fue de 750 dólares (641 euros) y que vio el dinero como "un valor simbólico y trivial" y que aceptarlo entraba dentro de lo permitido por la normativa de la FIFA.
La grabación es parte de un trabajo de investigación realizado por el periodista ghanés Anas Aremeyaw Anas ("Tiger Eye") sobre la corrupción en el fútbol africano, que ya causó la disolución de la Asociación de Fútbol de Ghana (GFA) y provocó que su presidente, Kwesi Nyantakyi, dejase sus puestos en la FIFA y en la Confederación Africana de Fútbol (CAF), de la que era vicepresidente.
Otro de los casos sonados derivados de esta investigación es el del árbitro keniano Aden Marwa Range, uno de los asistentes africanos seleccionados para el Mundial de Rusia, al que finalmente no acudió después de haber sido grabado aceptando un soborno por valor de 600 dólares (506 euros) para supuestamente influir en el resultado de un partido internacional.