Si mi carrera fuera maratón, ya voy en el km 37: Enrique Bermúdez

Edición Fin de Semana

Enrique Bermúdez de la Serna ha marcado época en la crónica deportiva, pero admite que ya está en “la brecha final” de su trayectoria.

Enrique Bermúdez. (La Afición)
Ciudad de México /

Enrique Bermúdez no pierde nunca su picante y peculiar estilo. El cronista tiene claro que al público le importa que describa las jugadas, pero también pasar un buen rato; y él, durante más de 45 años, ha llevado el futbol a millones de hogares de manera inigualable.

Su creatividad y talento lo mantienen vigente, con palabras rimbombantes como “zambombazo” y “tirititito”, que fueron de las primeras con las que enganchó al público, hasta el “guantelete del infinito”, que hoy cuenta con la aprobación de nuevas generaciones. Al Perro le gusta “el cotorreo” que se desata con la gente, ahora a través de redes sociales, y hasta para platicar sus anécdotas lo hace de manera relajada, auténtica y sin poses.


Todo ese encanto lo disfruta como en sus primeros días, pero admite que está cerca del retiro. “Me siento en un momento muy importante, en el cierre, en la última brecha. Si fuera maratón, estaría por ahí del kilómetro 36, 37, estamos apretando, pero me siento muy contento, le agradezco a Dios el haber estado en 11 Copas del Mundo, Copas de Europa y Copas América”.

¿Cuál ha sido la fórmula para seguir vigente?

La verdad he trabajado mucho, nadie me ha regalado nada, pero la gente piensa, ‘mira qué rápido’, pero no, nada es rápido. Yo empecé siendo reportero, antes de deportes, de nota roja y de política; fui locutor de rocanrol, anunciaba en una cabina, cuando tuve la oportunidad de ser narrador de futbol, ahí creció mi carrera, pero es producto de mucho esfuerzo. Me siento contento conmigo mismo, porque para seguir vigente tienes que seguir trabajando, reinventarte, aunque yo no he dejado mis frases que me han hecho diferente a los demás.


¿Cómo comenzaste a narrar futbol?

Me gustaba el futbol desde chavo y un día que se enferma un narrador en Canal 58, Nacho González, y el dueño me pregunta, ‘a quién me recomiendas’, le dije, yo, y me dio el chance; a los dos años de estar narrando me llama Televisa, el señor Diez Barroso. Empecé a narrar en 1976 en Televisa, y en Argentina 78 ya estaba narrando mi primera Copa del Mundo.

¿Por qué el apodo de Perro?

Ese no es mío, es de mi padre, Enrique Bermúdez Olvera, quien tiene un busto en la esquina de la XEW, lo puso Cuauhtémoc Cárdenas que era el regente de la Ciudad de México, porque fue el líder de locutores más importantes de la historia. Le decían el Perro porque el perro es el mejor amigo del hombre. Mi papá era adorado en el gremio.

¿Cómo entrar al gusto de las nuevas generaciones?

Los narradores somos como la sazón, y el mío siempre ha sido picantón (sic), sabrosón (sic), alegre; a mí me encanta divertirme, a la gente de todas las edades les gusta escuchar una narración divertida, pero también apegada a lo que estamos viendo en la cancha. Actualmente busco frases como el ‘guantelete del infinito’ y ahí le llego a los chavos. Ya me hicieron el inventor del lenguaje inclusive, yo digo que no, pero dicen que mi acento suena como “e”, pero seguimos el cotorreo.

Hubo polémica porque te pusiste la vacuna contra covid-19…

En Estados Unidos la vacuna te la ponen de 65 para arriba, ya tengo 70. Yo me metía a la liga y no podía registrarme, mi hija Jordana lo intentó y me dijo ‘ya están inscritos los dos, ve tal día’. Muchos me dijeron ‘lo que es ser famoso y tener lana’, pero nada de eso. Tampoco es gratis porque todos pagamos impuestos. Fue una experiencia sensacional, llegamos y ya teníamos donde estacionarnos, enseñamos el documento y en todo nos tardamos 35 minutos, yo por mi alergia esperé 15 minutos más para que no tuviera una reacción rara.

Enrique, ¿ves a TV Azteca y a la competencia?

Sí, veo los partidos, veo programas. Hay una competencia, pero esa empieza cuando agarramos el cacarizo (micrófono). Ahorita tengo muy buena relación con Christian Martinoli y Luis García. Con José Ramón tuvimos piques fuertes, pero luego vino a un programa a Univisión, platicamos y ya tenemos buena relación. Todo mundo quiere ganar el rating, porque eso atrae a los anunciantes y ahí salen los sueldos. Hace años había pasión equivocada. Estuvimos cerca de las manos y ahora ya es más civilizado.

¿Cómo fue ese momento?

Estuve cerca de llegar a las manos con David Faitelson en el estadio Jalisco, unos días antes había jugado la Selección contra Honduras. Al salir a la cancha el público hondureño me empieza a gritar “zambombazo”, pero 10 o 15 mil personas, David sacó una nota ese día y salen los jugadores con perros embravecidos, y dice ‘noche de derrota, noche de descalabro, noche de perros rabiosos’, y mete mi imagen. Cuando lo veo en el Jalisco le pregunto, ‘oye te dio orden José Ramón de atacarme o qué’, y él me contestó, ‘a mí nadie me da órdenes’; le dije, ‘entonces es personal’. Él metió su cámara y me contuve. Alguna vez a José Ramón le reclamé en Francia, ‘lástima que estés tan chiquito’. Juan Dosal le metió una cachetada a José Ramón, hubo varias fricciones.


  • Minelli Atayde Zarco
  • minelli.atayde@milenio.com
  • Editora general de La Afición. Periodista deportiva con 20 años de experiencia. Conductora de La Afición en Milenio Televisión

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