De 2011 a la fecha, el Conapred ha abierto 16 expedientes por casos de discriminación relacionados con el futbol. Y ante el endurecimiento de las sanciones de FIFA, vigente desde el 15 de julio, por actos de ese tipo, la Federación Mexicana de Futbol y el organismo acordaron evaluar el entorno y actuar para la erradicación de ciertas expresiones, como el grito “¡eh, puto!”.
Alejandra Haas, titular del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, e Íñigo Riestra, secretario de la FMF, presentaron el convenio en el CAR.
En el acto, Haas lamentó el momento que vive el futbol nacional y espera un cambio: “Se ha analizado mucho tiempo cómo el deporte puede ser un espacio de inclusión, donde cabemos todas y todos, que tiene mucho impacto, pero al mismo tiempo está atravesado por las mismas prácticas discriminatorias que vemos en el resto de la sociedad: homofobia, clasismo, machismo, racismo, actitudes y prácticas discriminatorias que hacen que ciertas personas sientan, por ejemplo, miedo para asistir a un estadio”.
¿Las medidas adoptadas son las adecuadas?
Hay muchos países que han establecido medidas como suspender partidos, cuando hay algún grito racista u homofóbico; ese tipo de medidas hay que ver cómo funcionan. Si en la evaluación se considera que no se tuvieron resultados, pues se tendrá que volver a diseñar, pero lo que es muy importante es el cambio de actitud y de posicionamiento de la FMF. Se están volviendo aliados en el combate.
¿Qué piensa cuando se justifica o se dice que la palabra ‘puto’ forma parte del folclor popular manifestado en el futbol, como con la selección?
Lo importante es decir que sí estamos empleando una palabra que deriva de un prejuicio, de un estereotipo, de un estigma, en una sociedad que además es homofóbica, y tenemos una serie de resultados de la encuesta nacional sobre orientación sexual e identidad de género que denotan que las personas que son gays, trans, bisexuales, etcétera, se sienten y son discriminadas en muchos de los ámbitos de la vida. El caso de las futbolistas (Bianca Sierra y Stephany Mayor) que se fueron a vivir a otro país (Islandia en 2017), porque no sentían que tuvieran las condiciones adecuadas para desarrollarse en México, es una pérdida de talento por homofobia y lesbofobia; entonces, necesitamos ser más conscientes, necesitamos todos y todas hacer un esfuerzo. Dejar de decir una palabra no es una cosa demasiado dramática, y sí es muy dramático ver que en las poblaciones de jóvenes que son gays, lesbianas, bi o trans, tienen pensamientos suicidas, porque viven en ambientes homofóbicos que te hacen sentir mal por ser quién eres.
¿La sanción a Miguel Herrera por haberle dicho ‘puto’ al árbitro Marco Ortiz es suficiente como para hacer de ese episodio un ejemplo?
La mayor sanción es la sanción social; lo importante es tener medidas proporcionales, constructivas, que estén en los protocolos que vayamos a hacer hacia adelante y que las figuras públicas expuestas con posibilidades de hablar en público reciban toda la capacitación para no ser portadoras de un mensaje contrario a esta construcción de un país de igualdad y no-discriminación. Habrá que ver en estas mesas técnicas que estableceremos con la FMF, si esas medidas que se tienen son apropiadas o se tienen que tomar distintas y con qué otras herramientas contamos.
Algunos casos relevantes que ejemplifican los hechos de discriminación en el futbol mexicano han sido en 2006, cuando la tribuna de Santos le gritó “chango” al panameño Felipe Baloy. En 2014, un funcionario del gobierno de Querétaro se refirió al brasileño Ronaldinho, jugador de Gallos Blancos, como “simio”. En 2015, el paraguayo Dario Verón llamó, presuntamente, “simio de mierda” al colombiano Carlos Darwin Quintero. En 2018, el árbitro Adalid Maganda denunció que el titular de la Comisión de Arbitraje se refirió a él como “¡pinche negro!”. Entre otros casos que no han cobrado notoriedad.
FMF y Conapred anunciarán en próximamente qué acciones en concreto se llevarán a cabo y sus alcances.