El reglamento de competencia de la Federación Mexicana de Futbol deja lagunas que impidieron que, en determinado momento, se decidiera suspender el Clásico Regio tras los hechos violentos registrados entre aficionados de Tigres y Monterrey.
En su artículo 41, el reglamento indica que los encuentros podrán ser suspendidos únicamente bajo las siguientes causas “a juicio del árbitro o comisario”.
a) Causas de fuerza mayor o caso fortuito.
b) Mal estado del terreno del juego.
c) Por invasión del público apreciando las circunstancias de acuerdo a su buen criterio, llegando a la suspensión sólo que esta sea inevitable.
d) Por incomparecencia de uno de los contendientes.
e) Falta de energía eléctrica
f) Condiciones ambientales
g) Comportamiento impropio y discriminatorio de los asistentes al Estadio
h) Por inferioridad numérica de un equipo, al inicio o durante el desarrollo del partido.
El inciso “g” pudo haber sido motivo para que el encuentro en el Estadio Universitario no se celebrara, a fin de evitar que la gresca se trasladara a las gradas y el conflicto creciera; sin embargo, el reglamento no especifica a qué se refiere con “comportamiento impropio”, por lo que no se puede argumentar la cancelación del Clásico ‘con el reglamento en la mano’.