Paulino Lomas, el constructor que llevó a un campeón mundial a jugar a la Jaiba Brava

Fútbol

El ex presidente del Tampico FC fue una pieza relevante fuera de la cancha en el ambiente del fútbol profesional de la región sur y también en el estado

Paulino Lomas vivió diversas facetas en el fútbol profesional en Tampico.
Tampico /

La historia del fútbol profesional en Tampico y con relevancia para Tamaulipas, fue escrita desde fuera de la cancha. Muchos personajes del ámbito empresarial con residencia en esta región y fuera de ella, se involucraron con franquicias tanto en la Primera y Segunda División, pero ninguno dejó una huella como Paulino Lomas Delgado.

El arquitecto, constructor y también directivo, quien falleció este miércoles a los 90 años de edad, recibió el reconocimiento general de jugadores, miembros de la iniciativa privada, historiadores, aficionados y la comunidad de la región, por su aporte no solo a esta disciplina deportiva, también en materia de infraestructura al encaminar proyectos de conectividad y recintos.


El hombre causante de la construcción del Estadio Tamaulipas, un “templo sagrado” para los fanáticos al balompié, vigente tras 58 años, también le añade para el espectáculo el conservar al equipo de fútbol de la Jaiba Brava del Tampico FC, con figuras surgidas de su propia cantera e incluso a nivel internacional.

La contribución inicial se dio a mediados de la década de los Sesenta del siglo pasado. El plan de Felipe Arregui Vázquez, colega de profesión, en diseñar y hacer realidad nuevos escenarios para el fútbol en ciertas zonas del país, fue respaldado al encontrar el terreno a unos metros del predio ocupado por el Aeropuerto Internacional.

Tampico FC, franquicia de fútbol profesional en la década de los Setenta.


En 1963 se puso en marcha su edificación para concluir tres años después. Coincidió con una fecha simbólica, el 30 de abril; como regalo del Día del Niño, el inmueble abrió sus puertas a cerca de 20 mil asistentes, dejando a un lado la historia del Estadio Tampico, ubicado con antelación por la actual zona de la Avenida Ejército mexicano.

Los enfrentamientos entre Tampico FC y Orinegros de Ciudad Madero, una auténtica guerra civil, fue vivida por el propio Paulino al tomar las riendas del equipo celeste. Hubo momentos de protagonismo en el máximo circuito al llegar a la Liguilla, pero también sufrió la amargura del descenso a la segunda categoría.

Un hecho simbólico se gestó en el verano de 1980. Con un contacto directo, sin intermediarios, convenció a Leopoldo Jacinto Luque, leyenda en la delantera de la Argentina campeona mundial en 1978, en firmar su contrato y portar la casaca con la “jaiba mecánica” en el pecho. El sudamericano marcó 14 goles y cuando su etiqueta de ídolo creció, regresó a su país.

Paulino Lomas hizo amigos dentro y fuera del fútbol.


Su último reto, el gran pendiente hasta sus últimas horas, fue recuperar el Tamaulipas como su propiedad. Cuando se creó la Jaiba Brava del Tampico-Madero, en manos del Sindicato Petrolero dirigido por Joaquín Hernández Galicia, cuya escuadra presidia Salvador Barragán Camacho, le arrebataron a la mala, según comenta, los documentos que validan ser el único dueño.

Aunque hubo una pausa de esa confrontación legal en la temporada 1989-90, con la caída del “Quinismo”, el arquitecto poco pudo hacer para sostener al conjunto en el máximo circuito. Tuvo la virtud de salvarse del descenso y mandar al Atlante al purgatorio, pero un cañonazo proveniente de Querétaro bastó para dejar a la plaza fuera del mapa. Ese pleito prosiguió hasta la fecha, sin resolutivo para uno y otro de manera oficial.


“Hasta al presidente Andrés Manuel López Obrador le pedí en su momento intervenir para volver a tener la propiedad del estadio”, declaró Lomas Delgado en una conferencia hace 6 años.

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