Han pasado 11 años del atentado que casi le cuesta la vida al ex futbolista del América, Salvador Cabañas, quien en múltiples ocasiones ha hablado de lo que ocurrió aquella noche en un bar de la Ciudad de México y que le causó, a la larga, el retiro como futbolista profesional.
El ataque al nacido en Itauguá, Paraguay, ocurrió justo el año en el que comandaría a su selección en la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, mostraba un nivel extraordinario con las Águilas y su partida a un club del Viejo Continente era inminente.
“Estaba a punto de irme a Europa en ese tiempo y pasó lo del atentado y todo eso”, contó Salvador Cabañas en entrevista con Javier Alarcón.
¿A QUÉ SE DEDICA HOY SALVADOR CABAÑAS?
Aunque muchos dicen que vive del oficio de panadero, el cual le inculcó su padre desde pequeño, Salvador Cabañas tiene otros negocios que hoy le permiten vivir de forma cómoda en su país.
“Tengo varias cosas acá en Paraguay y eso me está generando dinero y por eso vivimos muy bien, gracias a Dios”, dijo sin dar mayores detalles.
PERDONO A LOS QUE ME HICIERON DAÑO
Desde hace tiempo, Chava Cabañas había admitido no sentir resentimiento por el JJ, el capo que le disparó en la cabeza, de igual forma, señala que tanto su ex pareja como “las personas que me hicieron daño”, han sido perdonadas.
“Desde un principio yo siempre dije que lo había perdonado al tipo ese que me había hecho, no tengo ningún problema y también he perdonado a mi ex pareja y a todas las personas que me hicieron daño”.
LA VISTA LE IMPIDIÓ SEGUIR JUGANDO
Salvador reconoce que de no ser por la poca visibilidad en su ojo izquierdo, seguiría jugando profesionalmente, aunque ahora se mantiene en forma física “jugando voleibol” de forma diaria.
“Lo que pasa es que yo no quiero volver a jugar más por el tema de mi vista, sino yo estaría jugando todavía. (Ver) del lado izquierdo me cuesta a mí”, dijo.
SU MEJOR RECUERDO DE MÉXICO
Aunque Cabañas dice que prefiere no hablar solo de un equipo en México por respeto a lo que vivió con Chiapas y el América, sí reconoce que uno de sus más grandes recuerdos, son aquellos gritos de gol en el Estadio Azteca cada que perforaba las redes de los rivales.
“Lo que más me hace sentir feliz es cuando me acuerdo que gritaban los goles los americanistas o los clubes donde yo estaba en México, la pasaban muy bien y estaban muy felices cuando uno marcaba un gol”.