Yo quiero ser campeona mundial y lo voy a lograr: Gabriela "La Bonita" Sánchez

Uno a uno sus sueños se han cumplido para Gabriela “La Bonita” Sánchez, quien no solo se convirtió en una boxeadora profesional, sino también ha logrado triunfar como madre y diseñadora gráfica, por lo que sabe que no existen retos inalcanzables.

Luego de sortear la pandemia, con apenas 26 años, Sánchez Saavedra retoma sus labores sobre los cuadriláteros, donde para ella no hay otra meta más que el pronto convertirse en campeona mundial, emulando a las púgiles más grandes que el boxeo femenil ha dado para México, sueño que comparte con los lectores de MILENIO Puebla.

¿Cómo surge tu afición por el boxeo?

“Inicié a mis 16 años, debido a que en la escuela unas compañeras me llegaron a pegar, en bachiller igual una compañera y unos niños me pegaron. Eso me hizo sentir un poco insegura, también, en una ocasión una persona se me acercó e intentó tocarme. Mi papá decidió que me llevaría a aprender un deporte de contacto para que me sintiera un poco más segura al salir a la calle, fue así que conocí el boxeo”.

¿Cuál fue tu primer contacto con el mundo del pugilismo?

“Empecé para sentirme segura. Mi entrenador fue Jorge Sánchez y a los tres meses me invitó a un Torneo de Barrios para ser seleccionada para la Olimpiada Nacional, lo logré y participé en cuatro Olimpiadas. Gané medalla de plata y medallas de bronce. En 2015 fue mi última participación en Olimpiada Nacional en Puebla debido a que me embaracé. En 2017 regresé a boxear, pero ahora como profesional”.

¿Qué te impulsó a dar el brinco hacia el profesionalismo?

“Cuando me embaracé pensé que ya no iba a boxear. Una compañera llegó a ser profesional y peleó con la hermana de “La Barby” Juárez, yo la vi en televisión y me entró el gusanito de querer seguir participando. Ahí me nació, decidí echarle más ganas, no solo porque era mi sueño y lo que me gustaba, sino también porque mi hijo no era una prueba difícil, ni me iba a detener en algo que a mí me gustaba, le puse más ganas y debuté. He tenido peleas con boxeadoras muy fuertes, llegué a pelear también con la hermana de “La Barby” y la hermana de Ana María Torres. He tenido dos peleas por el título mundial. Me siento muy contenta y orgullosa por mis 12 peleas, la clasificación en la que me han puesto debido a las boxeadoras con las que me ha tocado pelear”.

¿Qué tan difícil ha sido el camino dentro del profesionalismo?

“Es difícil porque tenemos que buscar más el apoyo de los patrocinadores, hay poca gente que realmente quiera ayudarte por el deporte. Hay personas que sólo nos dicen que nos van a apoyar, pero solo es la foto y después de eso no dicen nada, o nos quieren condicionar diciendo que nos apoyan solo si ganamos. No podemos asegurar siempre que vamos a ganar, lo que yo sí aseguro es que voy a dar el 100 por ciento arriba del ring y voy a dar una buena pelea, pero la gente no quiere apoyar, más que nada también por el hecho de ser mujer, no se animan a apoyarnos, en esa cuestión sí ha sido muy difícil, gente que crea en uno como mujer, como boxeadora”.

¿Sientes que el trato hacia la mujer sigue por debajo del hombre en el boxeo?

“Siempre se le hace mucha publicidad más a un hombre; de hecho las carteleras principales siempre será un hombre, nunca hay una pelea que sea estelar de mujeres, ni que sea en Las Vegas como las peleas de “El Canelo”, en cuestión de la paga nunca va a ser igual la paga que le dan a una mujer que la que le dan a un hombre, siempre es menos la paga que se nos da a nosotras”.

¿Cuál es tu máximo sueño como boxeadora?

“Admiro bastante a Jackie Nava y a Ana María Torres, se los he dicho, me encanta cómo pelean, quisiera ser tan buena como ellas dos. Tengo pelea el 20 de agosto en el Poliforum Nueva Escocia en Haras, aquí en Puebla. Estoy súper contenta que sea en Puebla, además porque he estado inactiva por la pandemia, le echaré muchas ganas para que el público salga contento con el resultado”.

Ahora como mamá, ¿es más complicado subirse al ring?

“Mi hijo está pequeño, tiene seis años, se emociona mucho cuando me ve pelear, me dice que lo lleve en la maleta para que esté conmigo, pero también que no le gusta ver que me peguen. Aún está pequeño, a él le gusta entrenar, no sé si quiera ser boxeador o no, lo apoyaría en la decisión que tome, siempre está apoyándome, eso me motiva porque yo quiero ser campeona del mundo y sé que lo voy a lograr”.

Con una carrera universitaria, cuando llegue el momento del retiro, ¿seguirás en el mundo del boxeo o continuarás como diseñadora gráfica?

“Lo que quiero es llegar a poner en alto a Puebla, tener los medios para poner un negocio propio relacionado al diseño. Tenía un gimnasio pero por la pandemia lo cerré, pero es otro de mis sueños: poner de nuevo mi gimnasio para impulsar a los jóvenes, porque hay muy poco apoyo para los deportistas, si puedo apoyarlos e impulsarlos, estoy dispuesta a hacerlo”.

mpl