La maestra de telar de cintura, Reyna Rayón Salinas, fue la encargada de dar vida al cinturón mazahua-otomí, que la semana pasada el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) entregó a la leyenda pugilística mexicana, Julio César Chávez, como un reconocimiento a su trayectoria y por ser pionero en tomar como campamento de altura las instalaciones del Centro Ceremonial Otomí.
Tras ser seleccionada por la Secretaría de Cultura y Deporte estatal, el nerviosismo y preocupación se hicieron presentes, especialmente por la responsabilidad que implicaba la realización de una pieza única. Por temor al fracaso, Reyna no notificó a su familia sobre el proyecto.
“Hice cuatro pruebas previas para saber si iba bien o había que hacer alguna corrección, cuidé mucho los detalles para entregar una obra de calidad. Nunca dije para quién era el cinturón por temor a fallar”.
La pieza conformada por 720 hilos, equivalente a 40 centímetros de ancho y dos metros de largo, tomó un aproximado de 300 horas de trabajo para la reconocida artesana oriunda del municipio de Xonacatlán. Los colores fueron una selección de la Secretaría de Cultura y Deporte y el diseño está inspirado en las particularidades que hacen única a la cultura otomí.
La estructura del cinturón
- La figura inicia con un “Flechador o cazador de pájaros”, también plasma la temporada de siembra que va del 14 al 21 de marzo, cuando la tierra ya se carga de energía y es fértil, al igual que la mujer, e incluye también las herramientas para arar el campo.
- A los costados en color verde se presenta la tierra, bordeada por puntos que representan las semillas que deben cultivarse y cuidarse, ya que comparte el espíritu de lucha y logro, de sembrar para obtener frutos y de retribuir a la tierra lo que ofrenda. El rosa, verde y amarillo también dieron vida al cinturón.
“Todo lo que hago, lo hago con gusto y amor, en el cinturón plasmé la agricultura y los pájaros, pero también dejé parte de mi corazón y pasión”.
Pigmentado de manera artesanal
La lana fue elaborada y teñida artesanalmente con grana cochinilla, añil y la semilla de achiote. “La grana cochinilla da el rojo, marrón, lila, morado, según el fijador que se le ponga; el negro, azul marino, azul rey o verdes salen del añil; mientras que el amarillo o naranja los da la semilla achiote; con el pericón y la jarilla salen el verde militar y una gama de amarillos”.
Días antes de la pelea, Reyna tuvo la oportunidad de conversar con Julio Cesar Chávez a través de una videoconferencia, en la que pese a la distancia lo sintió muy cerca. “Había escuchado de él, lo había visto boxear, en la entrevista fue muy amigable y me habló como si nos conociéramos. Me dijo que después de la pelea iba a enmarcar el cinturón y colocarlo en un lugar especial de su casa”.
- El cinturón se entregó el pasado 25 de septiembre en Tijuana, Baja California, luego de la tercera pelea de exhibición entre Chávez y Jorge “Travieso” Arce.
Un arte que ha traspasado nuestras fronteras
Desde niña aprendió el arte del telar de cintura que heredó de su madre y lo transmitió a sus tres hijas, sin embargo, desde hace más de 30 años se ha dedicado a transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones en diversos talleres que ofrece en la Casa de Cultura de Xonacatlán, el Centro Cultural Mexiquense, el Centro Regional de Atlacomulco y Ocoyoacac.
Ha hecho intercambios culturales con los estados de Puebla, Chiapas y Tlaxcala, por mencionar a algunos. “El día que muera me iré contenta porque compartí mis conocimientos a cientos de mujeres en mi municipio, no quiero ser egoísta, especialmente, porque los conocimientos son parte de nuestra tradición y cultura, hoy ya saben cómo elaborar tintes naturales, cómo preparar la urdimbre, cómo tejer, darle el acabado y buscar mercado para sus prendas”.
Esencia otomí.Gastronomía mexicana...
Con 61 años su trabajo ha traspasado fronteras y con orgullo ha compartido sus ancestrales conocimientos sobre la esencia otomí, como lo hizo en el Foro Mundial de la Gastronomía Mexicana, realizado en Estados Unidos, donde presumió platillos tradicionales como el mole blanco.
“He estado en Long Beach en el Foro Mundial, hace tres años fui a Los Ángeles a un evento denominado “Pos Pachuco”, donde la gente estaba encantada con comer la comida tradicional. Hace 5 años presenté la ofrenda otomí en Chicago”.
Otros países como El Vaticano, Canadá y Japón también ya conocen su extraordinario trabajo gracias a su ímpetu por conectar con las tradiciones y raíces que dan identidad al Estado de México.
Ahora su detallada obra llega a un espacio deportivo por demás conocido y disfrutado en el mundo: el boxeo.
KVS