Lamenta Lapuente la muerte de su maestro Ignacio Trelles

Lapuente Díaz reconoció que sin la presencia de Don Ignacio él no habría podido seguir adelante en su profesión como director técnico.

El estratega lamentó la partida del que consideró su gran maestro dentro y fuera de la cancha. (Imago7)
Édgar González
Puebla /

Tras la muerte del legendario Ignacio Trelles, ex director técnico de la Selección Nacional y de equipos como el Puebla de La Franja, donde se retiró oficialmente como estratega, el también ex entrenador tricolor, campeón con los Camoteros, Manuel Lapuente, lamentó la partida del que consideró su gran maestro dentro y fuera de la cancha.

"Nada, pasó a mejor vida el gran maestro, hay que acatar las cosas, ahora va a ser entrenador de todos los Ángeles, sin duda. Al maestro de maestros, yo me acabo de informar hace dos horas apenas, ya no dio tiempo de nada, pero por supuesto que sí, sobre todo a su hijo (Eduardo), que lo ha de haber sentido mucho, lo quería mucho a su papá, nada, son cosas que suceden, ya era un hombre grande, no viejo, grande, son cosas que suceden, pasó a mejor vida, seguramente está ahora con Dios en el cielo, nosotros acatemos todo lo que dicen por nosotros, al menos por mí, fue mi gran maestro".

Aún cuando coincidieron en distintas épocas de sus respectivas carreras, el ex mandamás del equipo mexicano en el Mundial de Francia 1998, señaló que sin duda alguna lo vivido en la temporada 90-91 con los Camoteros fue algo que a él significó mucho por cómo se dieron las cosas.

"Nacho vino aquí a ayudarme, yo se lo pedí porque ya no estaba en ningún lado, le sugerí a Emilio (Maurer) -oye Emilio y por qué no traemos a Nacho-, él es admirador de Nacho igual, -tráelo aquí a que me ayude, no puedo decir sé mi auxiliar, pero sí mi asesor, eso puede ser importante para él-, sí aceptó con todo gusto, yo también, obviamente, hicimos una buena mancuerna, luego me fui a la Selección, en fin, cosas que pasaron, pero la verdad es que yo siempre que hablé con él, siempre tenía una respuesta adecuada, la verdad, la sabiduría a flote, así es que yo sí lo sentí mucho".

Sin temor alguno, Lapuente Díaz reconoció que sin la presencia de Don Ignacio él no habría podido seguir adelante en su profesión, sobre todo de director técnico, ya que fue su mentor quién lo inspiró a retomar sus deseos de vivir del futbol, lo que a la postre consiguió gracias a todo lo que pudo aprenderle.

"Todos los años, recuerdo que andaba yo dudando de mi profesión, yo dije desde segundo de secundaria, me puse de acuerdo que iba a ser futbolista y luego iba a ser director técnico, resulta que cuando estoy en Puebla, pasa el tiempo, me meto mejor a jugar futbol, yo jugué en el Necaxa antes de venir a Puebla, en fin, la verdad estaba yo decepcionado, así no quiero ser, pero tenía la necedad de ser técnico, hasta que vine, trajeron los directivos a Nacho Trelles, entonces dije -qué bueno-, la verdad fue un aprendizaje continuo, todos los días, realmente se aprende mucho, lo que decía él -se aprende de los pequeños grandes detalles que muchos no le dan importancia, ahí es la clave del asunto-, yo creo que aprendí mucho de él, para qué sigo hablando".

Así, es como Manuel Lapuente rememoró con cariño al que fuera su maestro, que no sólo a él heredó el conocimiento en lo deportivo y futbolístico, sino también de la vida en general, situación que más atesora, pues es algo que ha tratado de poner en práctica y más ahora que estará muy presente luego de su partida.

"Que se puede ser gente educada, gente decente y hacerse respetar como lo hizo él, se hizo respetar por todo mundo, todo mundo lo quería, todos mis compañeros estábamos con él, era un hombre que hablaba bien, hablaba en serio, siempre, una vez no se me olvida, él la planeación del partido la hacía antes, en el vestidor, ahí tenía una cancha de futbol que pintó en el suelo, ahí nos reuníamos todos, una vez pregunté -oye Nacho por qué no lo haces en el hotel-, me dijo -porque del hotel acá, se les olvida-, me morí de risa, se lo dije a los muchachos, se murieron de risa, ahí hacía sus pláticas, minutos antes de iniciar el partido, son pequeños grandes detalles de los que me voy acordando conforme pasa el tiempo, pero realmente era un tipazo", concluyó.


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