En una reveladora entrevista con Grupo Multimedios, Víctor Reséndez, mejor conocido como Latin Lover, compartió detalles sobre su disciplina, su carrera y cómo logró mantenerse alejado de los vicios que han atrapado a muchos en el medio del espectáculo y la lucha libre. A través de sus palabras, el icónico luchador y actor no solo mostró su fortaleza, sino también su humanidad, haciendo un llamado a valorar la salud y el esfuerzo personal.
Latin Lover fue contundente al hablar de su postura frente a las drogas, un problema que ha afectado a muchos en el ámbito artístico y deportivo. “(Nunca) En mi vida he consumido drogas. Y sí, he visto muchas veces pasar la droga, muchas veces me han invitado, pero yo creo que cuando uno está consciente de quién es y qué quiere en la vida, es fácil decir no”, afirmó.
El ex luchador reconoció que mantenerse firme no siempre es sencillo, pero señaló que la fortaleza mental y las decisiones conscientes son clave: “Cuando tienes una mente débil, cuando te dejas llevar por compañeros, es cuando caes. Pero yo siempre supe que mi camino era otro. Me hice adicto al gimnasio, a cuidarme. Y esa fue mi mejor elección”.
El gimnasio: su refugio y su pasión
A sus 57 años, Latin Lover sigue siendo un ejemplo de disciplina y dedicación. Para él, el ejercicio no solo es una rutina, sino un estilo de vida que lo ha ayudado a superar desafíos y mantenerse vigente en el medio:
“Todos los días voy al gimnasio, y no es porque quiera verme bien, al contrario, sé que mi cuerpo se va deteriorando con los años, pero me llena, me gusta, lo disfruto. Creo que es la mejor inversión que puedes hacer en tu vida: la de tu salud”, expresó con orgullo.
Su pasión por el fisicoculturismo, que comenzó antes de incursionar en la lucha libre, fue también una forma de construir su imagen y destacarse en el cuadrilátero. “Para ser luchador tienes que parecer luchador. Esa disciplina, esa dedicación al ejercicio, fue lo que me ayudó a conectar con el público y a construir un personaje único”, recordó.
Latin Lover habló con nostalgia sobre los retos que enfrentó al inicio de su carrera. Su estilo, que combinaba el físico imponente del fisicoculturista con movimientos sensuales y carisma, que no fue aceptado fácilmente.
“Al principio me criticaban mucho. Decían: ‘¿Por qué baila si esto no es un table dance?’ Pero yo quería imprimir mi estilo, ser diferente. Me tomó cinco años para que la gente me aceptara”. Sin embargo, ese esfuerzo rindió frutos. “Después de esos cinco años, veías a alguien tratando de ser como Latin Lover en cualquier ciudad. Al principio me molestaba que me imitaran, pero Don Pedro Aguayo, que en paz descanse, me dijo algo que nunca olvidaré: ‘Cuando la gente te empieza a imitar, es cuando empiezas a ser un ídolo’.”
Hoy, a sus 57 años, Latin Lover sigue siendo admirado por generaciones de aficionados y personas que lo ven como un ejemplo de disciplina y profesionalismo. “Me gritan señoras de 50, de 40, hasta de 20 años. Y me dicen: ‘Oye, tienes 57 años y hay jóvenes de 20 o 30 que no se ven como tú.’ Eso es un reflejo de mi dedicación y mi respeto hacia mi trabajo y mi cuerpo”, expresó con humildad.
Un mensaje de disciplina y amor propio
Más allá de su legado en la lucha libre, Latin Lover dejó un mensaje poderoso sobre la importancia de cuidarse, de mantenerse fiel a los valores personales y de luchar por lo que se quiere en la vida: “Siempre he dicho que hay que dar una buena imagen, sobre todo cuando trabajas para el público o para la televisión. Trato de hacer todo bien, y aunque a veces no lo consigo, nunca paro de intentarlo. Por ganas, no me detengo.”
CIG