Desde el año 2018, el 21 de septiembre se conmemora en México el Día Nacional de la Lucha Libre.
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En esta disciplina, la máscara es un básico para varios deportistas que eligen ocultar su identidad, ya sea por gusto o por tradición. Ésta se ha vuelto un emblema a nivel internacional como lo es el portar el jersey de tu equipo favorito.
Pero, ¿qué hay detrás de estas formas tan características y coloridas?, a continuación te contamos un poco más sobre su elaboración.
En un principio, las máscaras eran elaboradas por zapateros con material como piel de res o ternera, similar al que utilizaban para el calzado, comentó el artesano Pedro Rosas al sitio Think Tank.
Debido al material con el que se realizaban, los gladiadores debían mojarlas antes de subir al cuadrilátero para que se amoldaran mejor a la forma de su cabeza.
Con el tiempo, se le fue agregando tela de color a la piel para darle los colores característicos de cada luchador, siendo El Santo y su tradicional plateado, un pionero en esta actividad.
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Al paso de los años, el poliéster sustituyó a la piel. Las máscaras oficiales son hechas a mano para un mejor acabado, aunque según explica Pedro Rosas, hoy en día varios elaboradores de tapas las realizan con lycras, un material menos resistente que pone en riesgo la identidad de los enmascarados.
Este mascarero en particular, tarda hasta dos días en elaborar una máscara profesional, cuidando cada detalle al gusto de los luchadores y las medidas de su cabeza.
Uno de estos artículos tiene un periodo de vida de cinco meses con un uso rudo y constante, teniendo un costo de alrededor de mil 500 pesos.
ZZM