Para ser la mejor, hay que entrenar arduamente y buscar superarse día a día. Eso es algo que tiene claro Dunia Camacho, nadadora mexicana de 30 años de edad que regresó del Campeonato Mundial de Natación para personas con Síndrome de Down, el cual se llevó a cabo en Nueva Escocia, Canadá.
Y no lo hizo con las manos vacías. Siete medallas de oro, dos de plata, cinco récords mundiales y el reconocimiento a la mejor nadadora de la competición, son distinciones que van directo a su palmarés repleto de galardones nacionales e internacionales.
“Me gusta estar nadando, le echo muchas ganas”, compartió para La Afición Dunia, quien nos enseñó a detalle las preseas que se ganó a finales de julio, cuando se desarrolló dicho evento deportivo.
Nerviosa y sonriente, Dunia nos recibió en Cuautitlán, donde radica y usualmente entrena para prepararse. Un día normal para ella inicia con estiramientos desde su casa, para de ahí llegar al club donde entrena. La acción comienza desde las 10 de la mañana, con una hora y media de cardio en el gimnasio. Una vez culminado esto, es momento de ir a la alberca: otra hora y media de entrenamientos. Dan la 15:00 horas y regresa a su casa para comer. Después de un reposo, regresa y retoma las actividades en el agua hasta las 19:30 horas.
“Dunia es muy perseverante. Le gusta mucho entrenar, le gusta mucho el agua, el disfrutar”, nos comentó Joel González Hernández, su entrenador. “Hay algo que la hace diferente a todos: le gusta ganar. Esa es su mayor cualidad”.
El coach es muy perseverante. Aunque Dunia dice que es un poco “enojón”, González Hernández es disciplinado, comprensivo y muy amigo de Camacho, a quien entrena con mucho gusto para que siga manteniéndose como la mejor.
“Es diferente entrenar a una deportista como Dunia, porque le cuesta más trabajo concentrarse, le cuesta más hacer ciertas cosas que hace alguien más. Los movimientos motrices y los movimientos psicomotores de repente le cuestan un poquito más de trabajo, pero ha sido un placer entrenar con Dunia”, aseveró.
UNA CAMPEONA QUE SUPERA OBSTÁCULOS
Su camino no ha sido fácil. Su gusto por la natación empezó desde los ocho años, cuando su mamá la llevó como parte de sus actividades adicionales. El enamoramiento con el agua fue instantáneo. A los 9 años, Dunia ya competía en campeonatos nacionales. La Federación Nacional de Deportistas Especiales fue una de las plataformas para que la nadadora pudiera participar en estas justas.
“Esta Federación realmente no tiene mucho apoyo gubernamental y por ende, los atletas tampoco. Desde hace muchos años, mucho del trabajo lo han hecho los muchachos con el recurso personal de las familias y de clubes como éste que apoyan mucho a Dunia, que es lo que le ha facilitado estar donde está”, lamentó María Guadalupe Marenco Herrera, madre de la atleta.
En 2006, la Federación logró que los muchachos participaran a nivel mundial. “Los directivos de ese entonces si se interesaron y dieron apoyo como cualquier otro atleta”, añadió su progenitora, principal responsable de Dunia y la que la lleva a sus entrenamientos.
Para 2015, los apoyos fueron restringiéndose, y el panorama de Camacho y los demás atletas con Síndrome de Down se volvió incierto, pues el dinero para viajar a otros países y participar, era mucho.
“No somos familias que tengamos dinero ‘debajo de la cama’ para decir: ‘sí, se va mi hijo´. Me pusieron en una crisis hasta emocional, porque Dunia hace récords mundiales, desde 2010 viene marcando récords en campeonatos mundiales y si no llega a participar por falta de dinero, es realmente muy triste”, dijo Marenco Herrera.
Afortunadamente, amigos y mucha gente en Cuautitlán se enteraron de la situación y, en un trabajo conjunto, brindaron el apoyo necesario para que la delegación a la que pertenece Dunia asistiera a sus últimas competencias.
Dunia no es alguien que busque la compasión. Ella es de carácter fuerte y decidida a cumplir sus metas. Siempre buscando bajarle a su tiempo, incluso llegó a romper sus propios récords. La perseverancia con la que nació, la ha consolidado como una nadadora campeona a nivel mundial.
“Cuando yo veo la bandera de México es muy emocionante” recuerda Dunia, contando su experiencia reciente en Nueva Escocia. “Todos gritaban: ¡Viva México! ¡Viva Dunia!, y cuando estoy arriba en el podio, estaban cantando el Himno Nacional de México”, un momento tan emotivo para ella, que no puede evitar las lágrimas cada vez que suena nuestro símbolo patrio, en honor a aquella multimedallista que espera conocer a Michael Phelps muy pronto.
El futuro aún guarda muchas experiencias y hazañas para Dunia Camacho, que espera poder pulir a los próximos talentos de nuestro país para que, como ella, alcancen sus objetivos y busquen superarse.
“Cuando yo crezca más seré maestra para enseñar a los niños pequeños y más grandes (para que aprendan a nadar), ser maestra y coach”, concluyó.