Cuando se habla de judo en México automáticamente viene a nuestra mente la imagen de Vanessa Zambotti, aquella corpulenta y carismática atleta nacional que nos representó en las Olimpiadas del 2004, 2008, 2012 y 2016. Sin embargo, tras su retiro en 2017 el futuro de la disciplina con orígenes en Japón terminó en manos de Edna Guadalupe Carrillo Torres.
La travesía de Edna dentro de las artes marciales inició a los cuatro años de edad en su natal Guadalajara, Jalisco, “empecé en el judo porque mis hermanos entraron a una academia cerca de mi casa; soy la más pequeña de tres hermanos, entonces, quería seguirlos a todos lados. Cuando iba a verlos entrenar yo le decía a mi mamá: ‘ándale, déjame practicar con ellos’, y el profesor la convencía para que pudiera estar ahí. Y, pues, me encantó, me enamoré y me quedé”, expresó para La Afición Carrillo Torres.
El primer metal en competencias internacionales para la jalisciense de 26 años de edad fue un oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Mayagüez 2010. No obstante, indicó la mexicana, su mayor logro en el deporte fue la presea dorada obtenida en los Centroamericanos Barranquilla 2018, ya que conllevó una ardua preparación física y mental.
“Lo viví de una manera más madura. Sabía que llevaba todas las expectativas, gracias a que terminé en el primer lugar del clasificatorio; tenía la presión de que los pronósticos apuntaban a que obtuviera el oro, pero supe manejarlo. Salió la Edna madura como atleta”, señaló la judoca acerca de su presencia en Barranquilla 2018.
Su primera aparición olímpica se dio en Río 2016, la cual “es la mejor competencia en la que he estado. Ahí experimenté la mayor experiencia de mi vida, no sólo deportiva”.
Tras dejar el tatami Vanessa Zambotti, Edna Carrillo se convirtió en el estandarte del judo azteca, “todo el mundo se fue por ese lado, decían que iba a ser yo porque sólo estábamos las dos; pero, ahora hay más figuras a mi costado. Quizá sí soy la que más ha sonado, debido a que me conocieron junto a Zambotti, aunque mis otros compañeros también son unos fuertes representantes”, manifestó la oriunda de Guadalajara.
Vanessa “es la hermana que nunca tuve. Me ayudó mucho dentro del judo y a crecer como persona y como atleta”, aseveró la también medallistas de bronce en modalidad por equipos en los, últimos Centroamericanos. “Cuando compartimos competencias, fue un sostén excepcional; ya que había eventos donde sólo íbamos Zambotti y yo. Teníamos que entrenar juntas, era muy difícil, porque ella era la categoría más alta y yo la más baja”.
El siguiente reto deportivo de Edna es acondicionarse para los Panamericanos Lima 2019, donde intentará superar su tercer puesto obtenido en Toronto 2015, “en Guadalajara 2011 me fue mal, tuve una experiencia fea. En los pasados saqué bronce. Espero el siguiente año pueda ser campeona panamericana por primera vez”.
Empero, la prioridad de la judoca son los próximos Juegos Olímpicos: “Tokio 2020 es todo un sueño; luego de Río 2016 me centré sólo en ellos. Estoy concentrada y segura en clasificar. Quiero ir a buscar una medalla en JP”, enfatizó. “Voy sin miedo a nada, y a darlo todo”, concluyó Carrillo.