Un día como hoy pero hace 103 años nació Rodolfo Guzmán Huerta, mejor conocido como El Santo, uno de los luchadores más grande del deporte-espectáculo a lo largo del mundo. Antes de convertirse en el Enmascarado de Plata, pasó por varios nombres previo a su icónica máscara.
Con sólo tres años, Rodolfo Guzmán se convirtió en habitante de la ciudad de México. El quinto hijo de siete hermanos, comenzó a apasionarse desde pequeño por los deportes, primero por el beisbol y luego por futbol americano. Más tarde la lucha libre comenzó a interesarle, sin saber que sería su camino a la grandeza.
A los 16 años, junto con sus hermanos, comenzaron a incursionar dentro del deporte-espectáculo. A lo largo de su formación utilizó varios personajes, presentándose con su nombre real por primera vez, en una lucha en la Arena Peralvillo Cozumel, aunque más tarde lo cambió a Rudy Guzmán.
Sin embargo, más tarde utilizó otros nombres para cubrir su identidad, los cuales fueron: Hombre Rojo, El Enmascarado, El Incógnito, El Demonio Negro y El Murciélago II, empero con éste último tuvo varios problemas legales.
Cuando Rodolfo poseía el nombre de Murciélago II, de forma inmediata el dueño de la incógnita, Jesús Velázquez, reclamó la máscara a la Comisión Mexicana de Boxeo y Lucha, donde éste organismo le prohibió usarlo.
Cabe resaltar que, durante su etapa como Murciélago II, perdió dicha máscara frente a Bobby Arreola, siendo la única vez donde fue destapado de forma justa.
Empero, tras la búsqueda de varias opciones para un personaje, Jesús Lomelí le sugirió usar una indumentaria plateada, ya que estaba formando un equipo con ese distintivo, escogiendo el nombre de El Santo sobre otros dos apodos: El Diablo y El Ángel.
Gracias a ese nombre, El Santo pudo consolidarse como uno de los luchadores más grandes de México, después se hizo de un reconocimiento internacional gracias a sus películas y a varias participaciones en el extranjero.
RGS