En su visita a Campestre Torreón con motivo del torneo de golf que se realiza en su honor para apoyar la Fundación Generación 2000, la ex número uno de LPGA, Lorena Ochoa, aprovechó para compartir una experiencia que marcó el rumbo de su carrera deportiva y su vida, una anécdota que, a propósito de la pandemia por el covid-19, considera puede ser útil para quienes aún no se atreven a dar ese paso importante.
En videoconferencia, por iniciativa propia la tapatía compartió lo vivido en 2006, cuando jugaba en la LPGA, uno de los momentos más importantes en su carrera, estaba jugando bien el torneo de Suecia, cerca de ser la número uno. Estando en competencia, justo en el último hoyo, el último día, a punto de ganar en el 18, pegó su driver de salida, cae en el rough con mala posición, así que tenía que subir al green y hacer dos putt para ganar.
Recuerda lo importante que era ese torneo, así que la decisión era arriesgarse o ir a lo fácil. Llegó su turno, su caddie le insistió en lo difícil que era ir directo al green, le dijo que no creía que lo pudiera lograr y que mejor colocara la bola en un lugar más cómodo, mientras Lorena se negaba, ella se sentía confiada.
El rough estaba pesado, así que entró en duda, su caddie empezó a transmitirle miedo, le dio esa sensación de mala vibra, lo cual generó enojo en Lorena, quien tomó el bastón, le pegó mal y cayó en trampa. Fue segundo lugar.
Esa misma tarde platicó con su caddie y le expuso que no podrían seguir juntos, era necesario terminar con la relación de trabajo. Esto lo consultó con sus padres, quienes le dijeron que lo mantuviera, ya que era un momento importante. Sin embargo, Lorena ya lo había decidido, pues sólo ella sabía todo lo que le afectaba.
"Creo muy bien en segundas oportunidades, en terceras y más, sin embargo le di oportunidades, no podemos estar en un momento importante en nuestra vida con alguien que nos transmita miedo, dudas, que nos haga titubear, que nos haga sentir inseguros. Cuando queremos dar resultados debemos estar rodeados de gente que suma, que nos da palabras de apoyo, que diga que sí se puede, alguien seguro, firme, con mucha confianza".
Lorena se atrevió a cambiar, algo que fue muy importante, pues dos semanas después conoció a Dave Broker en un estacionamiento en Ohio, se convirtió en su caddie y esa misma semana comenzó a ganar, más de 25 torneos.
"Hay cosas que se ven bien por fuera, pero si saben que hay que hacer un cambio importante hay que hacerlo, cambiar la rutina. Con esta pandemia, estamos en un momento perfecto para hacer ajustes importantes en el día a día, hacer algo que quizá se tenía pensado hace tiempo y dudaban, tenían miedo de hacerlo, algo a lo que le han dado largas. Este es el momento perfecto de hacer ajustes importantes en sus vidas. Las consecuencias quizá a corto plazo pueden ser sospechosas, a lo mejo no bonitas, pero a larga traerá muchos beneficios. Quizá Con Lance (Bennett) hubiera ganado quizá 10 torneos , pero nunca había llegado a donde pude estar", expuso.
Remarca lo importante que es reconocer las debilidades propias del individuo, "todo mundo sabemos lo que hacemos bien, lo que nos gusta, trabajamos mucho y lo que hacemos mal nos cuesta mucho trabajo mejorarlo. En el deporte se practica, pero si a uno como golfista no le gusta el fierro 4 u otro, entonces no lo usas".
"Hacemos todos lo que se nos facilita, lo hacemos bien, de manera natural. Lo que hay que hacer, donde hay mayor oportunidad de mejorar, trabajar en nuestras debilidades. El driver, con tempo en contra, me costaba mucho trabajo, las 70 yardas, por eso me puse a ensayar con diferentes bastones cuatro horas cada mañana, en distintas posiciones, hasta dominar las 70 yardas".
Mencionó que eso hace la diferencia y que de haberse quedado sentada jamás habría llegado a donde llegó. Al reconocer las debilidades propias, se tiene posibilidad de mejorar inmediatamente.
Nueva normalidad
Lorena Ochoa no para a pesar de la pandemia, por eso no faltó a su cita con los golfistas laguneros para estar en el torneo que cada año se realiza en Campestre Torreón para recaudar fondos que son destinados a la educación de niños y jóvenes que están dentro del programa de la Fundación Generación 2000, que promueve Marcela Coghlan y su equipo de trabajo.
Este jueves estuvo presente en el campo, con los ajustes necesarios para evitar el contacto con los jugadores, quienes realizaron su ronda normal, con debida precaución y cuidado, sin espacios para reunirse ni comida de premiación.
La tapatía, quien se retiró del profesionalismo hace poco más de 10 años, destacó la labor de Generación 2000, con un grupo de jóvenes que arrancó un proyecto de la mano de Marcela Coghlan, donde los niños reciben la educación que merecen.
"Me da mucha alegría darnos cuenta que con esto se puede cambiarle la vida a un niño, a su familia, a una comunidad, eso es muy valioso".
Indicó que este es un año diferente, en el que debemos darnos cuenta del entusiasmo, de los participantes que siguen apoyado a pesar de estas complicaciones.
"A lo largo de estos meses difíciles, se ha podido hacer algo diferente, cambios de rutina, de trabajo, ejercicio y demás. Yo me he dado tiempo de analizar cómo está mi vida, lo que hago, la dirección que llevaba y, sobre todo, animarme a hacer cambios importantes, como el rumbo, recomponer o hacer algo distinto", apuntó.
Lorena recorrió el campo y siguió a distancia el desarrollo de la competencia, firmó gorras para cada participante y elogió el potencial de los golfistas laguneros.
EGO