El día que Huracán Ramírez salvó al Santo de la muerte en plena función de lucha libre

El Enmascarado de Plata sufrió un paro cardiaco durante una pelea de tercias contra los Misioneros de la Muerte

Huracán Ramírez y El Santo (Especial)
Ciudad de México /

En su etapa final en la lucha libre, El Santo intentó probar que todavía estaba en buen estado físico pese a su avanzada edad, por lo que solía enfrentarse a las futuras estrellas del deporte; sin embargo, esto ocasionó graves problemas en su salud, a tal grado de ocasionarle un paro cardiaco en plena función, pero gracias a su compañero Huracán Ramírez, el Enmascarado de Plata continúo de pie por unos años más.


A principios de los años ochenta, en una función de la UWA un veterano Santo, junto con el Rayo de Jalisco y Huracán Ramírez, se enfrentaron a tres futuras estrellas de la lucha libre: El Texano, Signo y Negro Navarro

Los técnicos intentaban frenar las fechorías de los rudos, pero la tercia supo imponer sus condiciones, demostrando que eran el equipo más dominante de la época. Así, los castigos por parte de los rivales ocasionaron que el Enmascarado de Plata se desplomase en el ring. 

Los presentes creyeron que Santo había sido víctima de otro castigo más por parte del equipo contrario, pero la realidad era distinta: había caído gracias a un paro cardiaco. Ante la situación, Huracán Ramírez notó que su compañero no reaccionaba, por lo que improvisó en medio de la lucha y lo salvó

Gracias a ello, Texano, Signo y Negro Navarro comenzaron a tener más popularidad en el ámbito, debido a que Héctor Valero, quien trabajó en la revista Lucha Libre, los bautizó como los Misioneros de la Muerte

Pese a que los Misioneros pusieron en peligro su vida, El Santo los consideró como unos rivales dignos. Dos años después del accidente, en su lucha del retiro se enfrentó a los Misioneros de la Muerte y al Perro Aguayo, acompañado por El Solitario, Gory Guerrero y Huracán Ramírez. 

Años después, Negro Navarro reconocería que en ambas contiendas excedió un poco su fuerza con el fin de hacerse notar en el ring y superar a sus contrincantes.

"Me sentí un poco triste después de mi actuación, por mi inmadurez o jactancia como rudo. He tenido la oportunidad de arrepentirme y pedirle disculpas al Hijo del Santo porque saliendo de la arena iba muy jacarandoso y me sentía dueño del mundo, ellos estaban con su pena y yo con mis risas", dijo durante una entrevista para el canal de YouTube Lucha Libre El Arte de Gotch.

Después del retiro, El Santo comenzó a usar marcapasos e incluyó diversas medidas de salud para conservarse. A pesar de ello, en una función en el Teatro Blanquita, su corazón no aguantó y colapsó una vez más, pero ahora no había un Huracán Ramírez que salvase a su compañero. 

RGS

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