Antes de incursionar en las artes marciales y en la lucha libre, Octagón tenía el sueño de convertirse en un jugador profesional de futbol. Gracias a algunas influencias pudo jugar en el América, equipo de sus amores, pero el destino cambió su suerte y se convirtió en un luchador reconocido a nivel internacional.
En diversas entrevistas, el atleta contó que de jóven tenía la aspiración de jugar con el equipo de Coapa y ser un futbolista famoso. Con la ayuda de su tío Domingo Rodríguez, consiguió una oportunidad para tener un lugar en el América.
En 1977, Octagón viajó desde el estado de Veracruz, su lugar de origen, a la Ciudad de México para disputar un partido en el estadio Azteca, aunque no sabía que en esa ocasión el entonces técnico José Antonio Roca sería el encargado de hacer las visorias.
Al llegar al Coloso de Santa Úrsula, se percató que en la fila había al rededor de mil 500 jóvenes que buscaban el mismo objetivo. Al entrar al terreno de juego, observó a Enrique Borja; Pajarito Cortés; Carlos Reynoso y Cristobal Ortega, quienes se encargaron de realizar algunas pruebas a los aspirantes.
De los miles de jugadores que se presentaron, sólo cinco consiguieron quedarse en el América; entre ellos Octagón. Con mucha ilusión, el entonces futbolista se entrenó con las fuerzas básicas del equipo, pero debido a que todavía era un estudiante, tuvo que abandonar su puesto para continuar la carrera de Derecho.
Antes de volver a Veracruz, habló con Roca para notificarle sobre su decisión. El técnico le prometió otra oportunidad cuando terminara sus estudios.
Tras culminar la carrera, retornó a la capital para recuperar su lugar en el club azulcrema; pero no tomó en cuenta que los jugadores que se presentaron eran distintos. Octagón no consiguió quedarse y se percató que ya no estaba en condiciones para seguir jugando futbol.
Con un título universitario, dejó atrás su sueño y comenzó a laborar como abogado. Gracias a un amigo del medio, conoció a Raúl Reyes, quien se convirtió en su entrenador de lucha libre.
Después de conocer los principios del deporte-espectáculo, así como de ser cinta negra en Karate, Octagón debutó a inicios de la década de los ochenta. Tras años de experiencia, llegó al CMLL, pero gracias a Antonio Peña se convirtió en uno de los atletas más reconocidos de la empresa y de la lucha libre en general.
RGS