Oro del 'Tibio' Muñoz en México 68 fue sorpresivo

El Tibio consiguió hace 50 años el único oro olímpico para la natación mexicana, un resultado que fue sorpresivo, ya que de él sólo esperaban una actuación cumplidora

Felipe 'Tibio' Muñoz, medalla de oro en natación en los Juegos Olímpicos de México 68 (Santiago Chaparro)
Ciudad de México /

Felipe Muñoz es el primer y único nadador mexicano que ha logrado conseguir una medalla de oro en Juegos Olímpicos, y el 22 de este mes se cumplirán 50 años de esa histórica hazaña en la edición de México 1968, la cual el Tibio aún recuerda como si hubiera pasado ayer. 

El Tibio obtuvo ese oro en la prueba de 200 metros pecho y venció al favorito mundial, el soviético Vladimir Kosinsky, cuando faltaban 25 metros de distancia. Terminó la prueba con un tiempo de 2:28:07 minutos. 

El ex nadador comenta que al llegar a la final nunca tuvo esa presión de tener que subir al podio, además del asedio de la prensa, tal como lo tenía en ese momento Guillermo Echeverría, quien llegaba como amplio favorito para subir al podio en esa justa olímpica, luego de lograr unos meses antes el récord del mundo en los mil 500 metros libres. 

Sin nada que perder y mucho que ganar, Felipe salió a la alberca para colocarse en el carril cuatro y disputar a la final, y siguiendo los consejos de su entrenador, el estadunidense Ronald Jhonson, logró quedarse con el título olímpico, el cual le cambió la vida para siempre. 

¿Qué recuerdos le trae la Alberca Olímpica? 

La Alberca Olímpica me trae muy buenos recuerdos de lo que pasó hace 50 años, y ahora me da mucho gusto verla en excelente estado y que después de tanto tiempo una instalación de esta magnitud este funcionado bien. Pocos países mantienen sus instalaciones olímpicas de esta forma y después de tanto tiempo, inclusive Río de Janeiro 2016 ya hay unas que están en problemas serios. Recordar todo lo que hice hace muchos años me da escalofríos de nuevo y aquí donde estoy fue un momento muy importante de mi vida. 

¿Cómo vivió ese momento? 

Salí en el carril cuatro, y recuerdo que salimos por la puerta donde salen todos los nadadores , era la última competencia del día, del 22 de octubre, era la última final, estaba llena la instalación olímpica. Y cuando salgo, empiezo a escuchar los gritos de México y los aplausos, y eso me puso más nervioso, estaba yo viviendo mi sueño y me encontraba en la parte más importante de mi vida deportiva. Recuerdo de las cosas que me había enseñado mi entrenador, Ronald Jhonson, era no hacerle caso al ruido o la gente para que no me desconcentrara, y me había dado una estrategia específica de cómo competir, y siempre me decía que si hacía las cosas bien tendrás muchas oportunidades de ganar, y eso me ayudó mucho porque trataba de pensar en sus palabras y no ponerme más nervioso de lo que ya estaba

¿Qué pensaba durante la prueba? Donde enfrentaba al ruso, que era el favorito 

Durante la prueba sabía que iba bien en la competencia porque si había seguido las instrucciones de mi entrenador y estaban saliendo las cosas como él lo planteó, y ya al final, en los últimos metros ahí sí escuche muchos ruidos y gritos, y ya no veía ni cerca a los demás competidores por la periferia que tienes en la natación, en el pecho vas viendo hacia el frente, pero los oía y los sentía a lado mío, se oyen los gritos, las burbujas, las ganas y el coraje que uno hace. Al tocar la meta, recuerdo que me dolía todo el cuerpo, estaba ya completamente agotado, me tenía que estirar al final porque cuando uno hace un esfuerzo muy grande en los últimos metros tu cuerpo se empieza a acalambrar. Estirarme más al final era una de las estrategias, y aunque me dolía todo el cuerpo me motivaba escuchar los ruidos y sentir que iba por buen camino, y no fue hasta que toque la pared para ver pude ver el marcador donde estaba mi nombre, con un número uno y un foco rojo, ahí fue cuando me di cuenta que había ganado

¿Cómo festejó ese momento histórico? 

Lo primero que quería era tomar aire y descansar un poco, porque al ver que había ganador quise brincar y gritar pero no podía. En ese momento pensé que había logrado mi meta, mi sueño, estaba muy contento por lo que estaba sucediendo en ese momento y pensaba que eso ya lo había vivido en sueños, desde que supe que los Juegos Olímpicos serían en México, ese momento me lo había imaginado y lo había soñado mucho. 

¿Le ayudó el hecho de que el foco de atención estaba con Guillermo Echeverría? 

Fíjate que sí. Me ayudó mucho eso y desafortunadamente afectó a Guillermo, porque toda la presión la tenía él. Guillermo tenía mucho que perder y nada que ganar, porque ya todo mundo decía que ganaría la medalla de oro, y conmigo era todo lo contrario, tenía mucho que ganar y nada que perder, la presión era muy poca comparada con la que él tuvo, y siento que eso me ayudó mucho. Hasta ese mismo día de la competencia fue que me buscaron y no tuve la presión de la prensa, estaba completamente tranquilo. De mí se esperaba dar un buen esfuerzo, ser finalista y tenía oportunidad de ganar medalla, pero yo sabía que tenía más oportunidades y si hacía las cosas correctas lo iba a poder lograr. 

¿Cómo le cambió la vida esa medalla de oro? 

Tenía solo 17 años y estaba en el segundo año de preparatoria, sí te cambia la vida porque de ser una persona normal me convertí en una figura deportiva pública donde la gente me buscaba para entrevistas o pláticas, cosas que antes no tenía, y hacer ese cambio no es fácil. Afortunadamente mi familia y mis maestros me ubicaron al decirme que estuviera tranquilo, que mi vida no había cambiado y eso me ayudó mucho, por lo tanto, seguí entrenando y gracias a la natación tuve ofertas para irme a estudiar a las universidades de Estados Unidos, y escogí la de Texas, donde obtuve una licenciatura.

  • Carlos Cruz
  • carlos.cruz@milenio.com
  • Reportero en La Afición desde marzo del 2006. Egresado de la Licenciatura de Comunicación Social en la Universidad Autónoma Metropolitana. Ha cubierto tres Juegos Olímpicos (Londres 2012, Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020).

LAS MÁS VISTAS