"Si no regresas, a chingar a su madre": La dura prueba del Pirata Morgan a su sobrino Rey Bucanero

El Rey de los Siete Mares es sobrino de la leyenda de la lucha libre y contó cómo fue su duro entrenamiento

Rey Bucanero (Especial)
Ciudad de México /

La lucha libre mexicana tiene muchos nexos y hay lazos familiares que, aunque no son del todo conocidos, fueron fundamentales para el crecimiento profesional de varios luchadores, como es el caso del Vicente Arturo García, mejor conocido como Rey Bucanero, con su tío, el Pirata Morgan, una de las grandes leyendas del pancracio nacional e internacional.

Desde muy joven, Rey Bucanero tuvo la fortuna de codearse y entrenar con los más experimentados gracias a la cercanía que forjó con su tío, quien lo impulsó en sus primeros años como profesional, pero sin dejar de lado su característica rudeza. Vicente lo recuerda como un maestro muy estricto que no le perdonaba una floja actuación en el cuadrilátero.

“Morgan iba y me veía cuando yo empezaba. Me decía ‘Otra vez que no le hagas así, hijo de tu pinche madre’ y madres (me pegaba). Era una chinga arriba del ring y otra abajo con el Pirata, me cacheteaba si no me defendía y era por tu bien. Antes o le echabas o le echabas, y eso ya muy pocos maestros lo tienen”, recordó el luchador de 46 años en una plática con Shocker.

Sobre las lesiones que han marcado su carrera, Rey Bucanero recuerda una en particular –además de la rodilla izquierda-, que fue la fractura en el brazo que su propio tío le mandó a hacer como una dura prueba para ver si tenía madera para ser luchador.

“Mi primera lesión fue la primera vez que me subí al ring y eso fue a propósito, porque mi tío El Pirata le dijo a mi tío El Verdugo que me rompiera el brazo para ver si sí iba a servir yo para ser luchador. Me cargó mi tío y me dio un azotón sin yo saber caer, por instinto metí la mano y se botó”, recordó.

Pero además de la dolorosa lesión, después vino un fuerte ultimátum por parte de su tío Pirata Morgan, quien le dio solo una semana para recuperarse y regresar a entrenar, o mejor ya no volviera.

“Imagínate, chavito, pues me puse a llorar y todo y me dijo (el Pirata) ‘aquí voy a ver si es cierto que eres luchador, si vienes la semana que viene, así como estés, vas a servir para la lucha, sino, órale, a chingar a su madre’. Tú conoces al Pirata, sabes cómo es. Entonces me puse hielo, me sobé, me jalaron y a la semana siguiente, con el brazo vendado volví a entrenar”.

Rey Bucanero respondió, y con los años, además de ser referente en México y Estados Unidos, logró conquistar siete campeonatos mundiales que lo colocan, hoy en día, como una leyenda de este deporte.



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